A 20 días de que el conservador Sebastián Piñera le ceda la banda presidencial de Chile al izquierdista Gabriel Boric, los equipos de ambas administraciones se prepararan para iniciar este lunes el traspaso de mando, un proceso que desde el retorno a la democracia siempre ha sido ordenado.
Las reuniones las inaugurarán el ministro saliente del Interior, Rodrigo Delgado, y la médico independiente Izkia Siches, la primera mujer en la historia chilena en ocupar la poderosa cartera, que se encarga de coordinar el gabinete y velar por la seguridad pública.
La crisis migratoria en la frontera norte con Bolivia o la militarización del sur, donde existe un conflicto territorial entre indígenas mapuche y grandes empresas forestales, son algunos de los asuntos que tratarán ambas autoridades.
“Debiese ser un proceso ordenado como siempre ha sido en Chile, pese a que el gobierno saliente es muy distante ideológicamente del entrante”, dijo a Efe Mauricio Morales, de la Universidad de Talca.
El martes le tocará el turno a otra cartera del llamado “comité político”, el núcleo duro del gabinete: Hacienda. El ministro saliente, Rodrigo Cerdá, y su sucesor, el expresidente del Banco Central Mario Marcel, abordarán previsiblemente la espiral inflacionista en la que está metido el país, así como la reactivación económica tras la pandemia.
“Todo parece indicar que el traspaso de poder será sin sobresaltos. Lo que desde la perspectiva institucional es bastante positivo para el inicio de una etapa que estará marcada por los cambios que la convención constituyente y el poder ejecutivo vayan articulando”, apuntó por su parte a Efe Jaime Abedrapo, de la Universidad San Sebastián.
Traspaso con “mucho simbolismo”
A lo largo de la semana y hasta la toma de posesión del próximo 11 de marzo, se irán reuniendo las autoridades de los otros 22 ministerios, en los que por primera vez en la historia habrá mayoría de mujeres (14 frente a 10 hombres) y una mezcla de jóvenes políticos y consagradas figuras de la centro izquierda.
“Este traspaso de poder tendrá mucho simbolismo, ya que no es solamente la alternancia en el poder, sino que es percibido como la irrupción de una nueva élite política”, afirmó Abedrapo.
“Es fundamental que el ministro entrante conozca la situación financiera y legislativa de cada ministerio a fin de planificar su gestión. Pueden existir proyectos en el Congreso enviados por el gobierno saliente en los que el gobierno entrante no está de acuerdo”, agregó Morales.
Boric, de 36 años, se convertirá en el presidente más joven de la historia chilena y en el primero que no forma parte de los dos bloques tradicionales de centro que han liderado el país desde el fin de la dictadura en 1990.
Defensor del proceso constituyente en el que está inmerso el país y crítico acérrimo del modelo neoliberal instalado durante el régimen militar, el aún diputado por la región austral de Magallanes quiere ampliar el papel del Estado hacia un modelo de bienestar parecido al de Europa.
Otras figuras destacadas en el futuro gabinete son la expresidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Antonia Urrejola en Cancillería, el diputado Giorgio Jackson para las relaciones con el Parlamento o la exlíder estudiantil y diputada comunista Camila Vallego en la vocería.
Boric, que esta semana anunció que instalará la residencia presidencial en una casona en un céntrico barrio de Santiago, se encuentra unos días de vacaciones en el archipiélago Juan Fernández preparando la toma de posesión, a la que previsiblemente vendrán mandatarios de todo el continente.