El presidente de Chile, Sebastián Piñera, promulgó un bono dirigido a las 3.5 millones de personas que no podrán efectuar el tercer retiro anticipado del 10% de sus fondos de pensiones por falta de recursos en sus cuentas de capitalización individual.
“En tiempos de adversidad, las familias chilenas necesitan un Estado cercano, solidario, que acompañe y que ayude”, señaló el primer mandatario en una ceremonia celebrada en la ciudad de Talca, en la zona centro-sur del país.
La medida impulsada por el Ejecutivo permitirá que aquellas personas que agotaron el saldo de sus cuentas de ahorro previsionales tras el primer y segundo retiro de fondos aprobado por el Congreso reciban un aporte equivalente a uno US$ 287.
“Quiero agradecer sinceramente a los parlamentarios y a los senadores que lo aprobaron en forma unánime, porque así es como avanzamos, juntos avanzamos más rápido y vamos más seguros”, señaló Piñera.
El presidente anunció este bono a finales de abril junto con la creación de un mecanismo que pueda permitir la recuperación de los ahorros previsionales retirados.
A la fecha, el Congreso ha aprobado tres retiros del 10% de los fondos de pensiones, y ya se discute un cuarto que ingresó a la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados en medio de un intenso debate sobre la conveniencia de la medida.
Los defensores del cuarto retiro, y de los tres anteriores, sostienen que los US$ 18,000 millones anunciados por el Gobierno en ayudas sociales vía diversos instrumentos son insuficientes y “no están llegando a la población”, que atraviesa una grave crisis económica derivada de la pandemia.
Por su parte, quienes se oponen a la iniciativa apuntan a que se está hipotecando el futuro de los contribuyentes, que la medida golpea a las empresas privadas que administran los fondos de pensiones y que se infringen normas constitucionales.
A fecha, los 11 millones de afiliados al sistema privado de pensiones chileno han retirado más de US$ 36,000 millones gracias a los dos primeros retiros aprobados.
El sistema de capitalización individual chileno, replicado en parte desde la década de 1990 en varios países de la región, lleva años siendo fuertemente cuestionado por las pírricas jubilaciones que otorga y cada vez son más las voces que piden transitar hacia un modelo más solidario.