El Gobierno de Chile decretó “emergencia agrícola” en cuatro regiones del país producto del “grave déficit hídrico” que afecta a todo el territorio nacional, pese a que la semana pasada se registraron algunas precipitaciones en la zona centro-sur.
Según explicó la ministra de Agricultura del país suramericano, María Emilia Undurraga, la falta de lluvias, la menor acumulación de nieve y los problemas en el acceso al agua han “promovido este anuncio que permitirá contar con recursos para poder ir en ayuda de los agricultores medianos y pequeños”.
Desde el Ejecutivo, que declaró en abril pasado el estado de emergencia para la región de Los Lagos, comprometieron un fondo de emergencia equivalente a 8,000 millones de pesos (cerca de US$ 10 millones) para paliar la crisis que afecta principalmente la producción de cultivos y el uso eficiente del agua.
Golpe a la producción
El sector agrícola es clave para la economía chilena: su clima mediterráneo y semiárido, que abarca desde el Desierto de Atacama hasta el Biobío en la zona centro-sur, convierte al país en una potencia de la exportación en este rubro.
Sin embargo, las alzas de temperatura -este año se registraron máximas récord en el mes de julio que rozaron los 30 grados en pleno invierno- y la megasequía que afecta al país hace 15 años, han generado un “escenario catastrófico”, dijo el agroclimatólogo de la Universidad de Talca Patricio González.
“El hecho de que la sequía de este año haya sido casi extrema ha generado preocupación en los agricultores, porque los pronósticos de caudales para el verano indican que no van a ser suficientes como para regar la totalidad de las hectáreas que piensan sembrar”, explicó González.
Los embalses de la zona central de Chile presentan, según las autoridades, un déficit de entre 50% y 60%, mientras que el índice escala a cerca de 70% en la acumulación de nieve.
“Con eso es muy complicado hacer una proyección de cuánta agua se va a disponer”, señaló González.
La sequía que remece a Chile es la peor de la que se tiene registros, crisis para la que, según González, las autoridades no han asumido su responsabilidad política a tiempo.
“Chile no se ha hecho cargo ni con políticas de Estado ni con políticas regionales. Al acelerarse el cambio climático, queda tomar medidas para adaptarnos a esta nueva realidad pluviométrica y térmica, porque las olas de calor han ido aumentando”, agregó el especialista.