Canadá participará como tercero interesado en las discusiones entre Estados Unidos y México sobre las reglas que rigen los automóviles comercializados en América del Norte, lo que le evitará una confrontación directa con la Administración Biden antes de las elecciones del próximo mes, sin dejar de mostrar preocupación por la posición de EE.UU.
La semana pasada, México solicitó formalmente el inicio de consultas con las autoridades estadounidenses para resolver un desacuerdo sobre cómo medir el contenido regional para que los automóviles se comercialicen libres de aranceles. EE.UU. insiste en un método más estricto del que México y Canadá creen que acordaron para contar el origen de ciertas partes centrales, incluidos motores, transmisiones y sistemas de dirección en el cálculo general, dijeron personas familiarizadas con el asunto el mes pasado.
La posición de Estados Unidos sobre las reglas del tratado comercial entre EE.UU.-México-Canadá, conocido como T-MEC, podría empujar a los fabricantes de automóviles a abandonar la región debido a requisitos de contenido engorrosos y costosos, dijo Luz María de la Mora, subsecretaria de Economía de Comercio Exterior de México, en una entrevista esta semana.
“Sabemos lo importante que es la industria automotriz para los trabajadores de Canadá y la economía canadiense”, dijo Michel Cimpaye, portavoz del departamento de asuntos globales del Gobierno, en una respuesta enviada por correo electrónico a preguntas el viernes. “Canadá ha informado a EE.UU. y México que tiene la intención de unirse a las consultas como tercero. Seguimos trabajando con la industria en este y otros temas importantes”.
Bloomberg informó el mes pasado que México, Canadá y los fabricantes de automóviles estaban todos alineados contra la Administración de Biden sobre las reglas.
La medida de Canadá “será y debe interpretarse” como una posición del lado de México, dijo Flavio Volpe, presidente de la Asociación de Fabricantes de Partes Automotrices de Canadá. “Canadá comprende que la competitividad global del sector automotriz continental está en riesgo si la posición de EE.UU. se mantiene, y es muy inteligente al agregar su peso a esta acción”, señaló.
Esta es la primera vez que el Gobierno canadiense comenta públicamente el desacuerdo, en tanto que el país se encuentra en medio de una campaña electoral. La Administración del primer ministro, Justin Trudeau, entró oficialmente en modo interino este mes después de convocar elecciones anticipadas para el 20 de septiembre.
La decisión de la Administración Trudeau sobre cómo participar en el desacuerdo automotriz también es indicativa de su enfoque más amplio de la relación de Canadá con EE.UU., el aliado más importante de la nación. Trudeau y su Gobierno prefieren un enfoque cauteloso en un esfuerzo por mantener buenas relaciones con el vecino del sur de Canadá y minimizar cualquier daño a la economía del país.
A pesar de las relaciones en general más fluidas con la administración del presidente Joe Biden que bajo el presidente Donald Trump, Trudeau se ha quejado con su homólogo estadounidense sobre la cancelación de un permiso por parte de Estados Unidos para un gran proyecto de oleoducto, así como el fortalecimiento de la política de adquisiciones “Buy America”.