1 / 5 Entre enero y agosto de este año se han registrado 72,843 incendios, frente a los 39,759 ocurridas en el mismo período del año pasado. Este incremento considerable ha generado una serie de preocupaciones medioambientales en todo el mundo, según datos del Programa de Quemas del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). (Foto: Shutterstock)
2 / 5 Más de la mitad (60%) de territorios selváticos de Madagascar ha sido convertido en tierras de cultivo en los últimos 10 años, según un reciente informe del Centro Nacional de Investigaciones Medioambientales de Antananarivo. Fuera de los límites de los parques nacionales, los agricultores son los principales gestores de las tierras. La fuerte demanda de algunos recursos valiosos es la causa principal de la deforestación. (Foto: Jeff Wilson)
3 / 5 La deforestación en la República democrática del Congo (RDC) se ha convertido en un tema doméstico y transnacional urgente con potenciales costos medioambientales altos. Según el Programa para el Medio Ambiente de las naciones Unidas, la causa directa de la deforestación en la RDC son la agricultura de quema, la recolección de carbón, la tala ilegal y el desarrollo de la infraestructura de carreteras. (Foto: Omar Marques - Agencia Anadolu)
4 / 5 La deforestación en Malasia se debe en gran medida a la habilitación de tierras para la siembra de aceite de palma. De esta materia prima se produce el aceite que usan grandes marcas internacionales para la fabricación de productos alimenticios y de cuidado personal. (Foto: Greenpeace)
5 / 5 Indonesia ha perdido la cuarta parte de sus bosques en los últimos 25 años. La deforestación, provocada comúnmente a través de la quema de la selva, colocaron la pasada década a a Indonesia como el tercer país emisor en gases de efecto invernadero del mundo. (Foto: Greenpeace)
Brasil prohibió durante 60 días las quemas controladas para despejar maleza en la Amazonía a fin de tratar de contrarrestar los devastadores incendios que han afectado la región. El decreto oficial sobre la prohibición fue publicado el jueves, luego de intensas críticas al presidente Jair Bolsonaro por su manejo de la crisis.
La prohibición coincide con la temporada seca de la zona, cuando son comunes los incendios controlados a fin de despejar vegetación y contar con terrenos listos para la siembra. El decreto permite incendios en algunos casos, como los considerados beneficiosos para la vida silvestre y los realizados por indígenas para su subsistencia agrícola."
Esto debería de haber ocurrido hace mucho tiempo", dijo Waldeglace Sousa Mota, trabajadora de un aeropuerto en la ciudad amazónica de Porto Velho. “Esto ayudará por este momento”. Más gente, especialmente niños y ancianos, han estado padeciendo males respiratorios en Porto Velho, donde el humo de los incendios opacó el cielo de la ciudad.
La medida prohibitiva ayudará a frenar los incendios pero su efecto podría ser “muy limitado” si la gente la ignora ahora que comienza la temporada alta de incendios, dijo Xiangming Xiao, botanista en la Universidad de Oklahoma, quien estudia la deforestación en la Amazonía. La mayoría de incendios en Brasil ocurren a fines de agosto, septiembre y principios de octubre, dijo.
“En Brasil ocurrieron incendios legales e ilegales. Va a ser muy difícil identificarlos y separarlos”, dijo Xiao en un mensaje electrónico enviado a The Associated Press. Las leyes forestales brasileñas permiten ese tipo de quemas controladas siempre y cuando se tenga la licencia correspondiente de las autoridades ambientales.
Este año aumentaron pronunciadamente los incendios controlados, suscitando sospechas de que los agricultores se vieron animados a quemar más ante le retórica de Bolsonaro en contra de las protecciones ambientales. Bolsonaro ha insinuado que las ONGs están provocando los incendios a fin de desestabilizar su gobierno.
Además, se peleó con el presidente francés Emmanuel Macron y otros líderes europeos que cuestionaron su compromiso para proteger el ecosistema amazónico. El lío ha puesto en peligro una promesa de 20 millones de dólares de los países del G7 para proteger la selva tropical. Gran parte de los terrenos quemados ya habían sido deforestados, pero la ubicación de muchos incendios - al lado de regiones selváticas intactas - refleja el gran peligro de la deforestación.
Durante un acto en el estado venezolano de Miranda, el presidente Nicolás Maduro acusó la noche del jueves a Bolsonaro, abierto crítico de su gestión, de estar entregando la Amazonía “a sus amigotes, a la oligarquía terrateniente brasilera” y lo señaló de estar “destruyendo” esa región selvática. “Están incendiando, destruyendo el pulmón de la humanidad, destruyendo el derecho a vivir en el planeta”, agregó.
La selva amazónica es vital para la salud del planeta en parte porque absorbe el dióxido de carbono de la atmósfera.