
El gobierno de Brasil considera que la reciente oleada de problemas en el mercado de crédito corporativo del país son casos aislados que no representan un riesgo sistémico, según personas con conocimiento del asunto.
El equipo económico está monitoreando una serie de reveses que provocaron un desplome en los bonos corporativos brasileños en las últimas semanas, dijeron las fuentes, que pidieron el anonimato porque la información no es pública.
Si bien las altas tasas de interés en Brasil pueden generar dificultades para las empresas que necesitan renegociar su deuda, los casos actuales de tensión están más relacionados con problemas específicos de las compañías, agregaron.
Los inversionistas han reducido su exposición a prestatarios de alto riesgo en la mayor economía de América Latina después de sufrir pérdidas por los desplomes repentinos de la empresa de gestión de residuos Ambipar Participações e Empreendimentos SA y del gigante petroquímico Braskem SA.
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La primera solicitó protección por bancarrota esta semana, un mes después de intentar tranquilizar a los inversionistas sobre sus preocupaciones de gobernanza.
Funcionarios del gobierno han estado conversando con las empresas para conocer sus planes de recuperación, mientras el presidente Luiz Inácio Lula da Silva presta especial atención a Braskem, según una de las personas.
Braskem —que tiene como accionista clave a la estatal petrolera Petroleo Brasileiro SA— vio cómo sus bonos caían a niveles de estrés tras contratar asesores para una revisión de capital.
Si bien la venta masiva comenzó a extenderse a otros créditos —los bonos corporativos brasileños han generado a los inversionistas una pérdida promedio de 5% en el último mes—, algunos en los mercados comparten la evaluación del gobierno.
JPMorgan Chase & Co. también considera que la debilidad en la deuda corporativa brasileña refleja “eventos idiosincráticos” más que un “deterioro sistémico”. Los analistas liderados por Natalia Corfield mejoraron la calificación de varios emisores el 15 de octubre, argumentando que muchas empresas fueron “penalizadas injustamente” y ahora ofrecen puntos de entrada atractivos.
“Hasta ahora, sentimos que casos como Ambipar, Braskem y Raízen han sido idiosincráticos, y no vemos riesgo de un contagio más amplio en el crédito corporativo brasileño”, dijo Sergey Dergachev, jefe de deuda corporativa de mercados emergentes en Union Investment Privatfonds GmbH. “Continuamos monitoreando la situación con atención y mantenemos una postura cautelosa”.








