Uruguay está acudiendo a los mercados de deuda internacionales con un bono soberano único en su tipo que, con el tiempo, pagará menos a los inversionistas si la nación logra sus objetivos de sostenibilidad.
El país sudamericano estableció el jueves un precio objetivo inicial para el bono en dólares a 12 años vinculado a la sostenibilidad de un rendimiento de alrededor de 195 puntos básicos sobre los bonos del Tesoro estadounidense similares, según una persona familiarizada con el asunto, que no está autorizada para hablar públicamente y pidió no ser identificada.
Lo novedoso es que el cupón caería hasta 30 puntos básicos si se logran los objetivos ambientales acordados, dijo la persona. El cupón también podría aumentar hasta en 30 puntos básicos si Uruguay no alcanza otros objetivos verdes. Hasta ahora, los bonos vinculados a la sostenibilidad han incluido la última, pero no la primera, de esas dos cláusulas.
Los ingresos de la venta se utilizarán para propósitos del Gobierno general, incluidas inversiones para promover objetivos ambientales y una recompra de deuda a corto plazo.
“La relativa escasez de instrumentos ASG (ambiental, social y de gobernanza corporativa) probablemente dará como resultado una mayor demanda de fondos ASG, lo que debería reducir la prima”, escribieron el jueves el economista jefe de TPCG, Juan Manuel Pazos, y el estratega Santiago Resico en una nota. “No está claro qué fuerzas prevalecerán, ya que la estructura del bono es la primera de su tipo a nivel soberano”.
Objetivos verdes
La nueva deuda estará ligada al progreso de la nación en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la preservación de su bosque nativo, según los documentos del bono. Uruguay se convertirá en la segunda nación en vender bonos vinculados a la sustentabilidad después de Chile, que recaudó US$ 2,000 millones en instrumentos que pueden pagar a los inversionistas una tasa de interés más alta si no cumple con los objetivos ASG, según datos compilados por Bloomberg.
La nueva deuda de Uruguay se sumará a una serie de deuda que se conecta con temas ambientales, sociales o de gobernanza, justo cuando crece el escepticismo de la industria.
En un análisis de más de 100 bonos vinculados a la sostenibilidad por un valor de casi € 70,000 millones (US$ 68,800 millones) que fueron vendidos por empresas globales a inversionistas en Europa, Bloomberg News descubrió que la mayoría están vinculados a objetivos climáticos que son débiles, irrelevantes o incluso ya alcanzados. El resultado, dicen los investigadores, es que las empresas reciben algo a cambio de nada: se obtiene una financiación más barata y una mejor reputación ecológica sin ningún esfuerzo real para cumplir los objetivos climáticos y sin posibilidad de penalización financiera.
“Simplemente no creemos que la estructura del bono esté diseñada de tal manera que fomente un cambio en la nación más allá de lo que esperaríamos en ausencia de esta emisión”, escribieron en una nota los estrategas de Morgan Stanley dirigidos por Emma Cerda. “Lo que podría disuadir a los inversionistas no dedicados a ASG es el componente reductor del bono. Esperamos que algunos inversionistas estén menos dispuestos a agregar exposición al bono”.
Uruguay recurrió por última vez a los mercados mundiales de deuda a fines del 2021, cuando vendió un instrumento de 50,000 millones de yenes (US$ 334 millones). La nación sudamericana también emitió US$ 2,400 millones en bonos denominados en dólares con un cupón de 4.375% en enero del 2019. El rendimiento adicional que exigen los inversionistas para mantener la deuda soberana en dólares del país sobre los bonos del Tesoro estadounidenses similares se ubica en 156 puntos básicos, la prima de riesgo más baja en América Latina, según datos de JPMorgan Chase & Co.
La última venta se produce junto con una oferta de Uruguay para recomprar algunos de sus bonos extranjeros en circulación con vencimiento en el 2024, 2027 y 2031, según un comunicado. La oferta pública vencerá el jueves al mediodía en Nueva York para las ofertas no preferentes y a las 2 p.m. para las ofertas preferentes.
Credit Agricole SA, HSBC Holdings Plc, JPMorgan Chase & Co. y Banco Santander SA gestionan ambas operaciones.