Los bolivianos recordaron en la víspera (miércoles) los dos años de la renuncia de Evo Morales a la Presidencia del país tras casi 14 años en el poder en medio de una crisis desatada luego de las fallidas elecciones del 2019, con una polarización persistente desde entonces.
El 10 de noviembre del 2019, Morales anunció que renunciaba a la Presidencia en un video difundido por el canal estatal, luego de la dimisión en cascada de varias altas autoridades y parlamentarios oficialistas.
La renuncia se dio en un contexto de protestas que se extendieron en las semanas previas por las denuncias de un supuesto fraude a su favor en las elecciones del 2019, luego anuladas.
El mismo día, la Organización de Estados Americanos (OEA) había recomendado la repetición de la primera ronda de esos comicios con nuevas autoridades electorales, lo que Morales aceptó hacer, pero aquello no frenó las protestas.
Por ello luego informó sobre su renuncia asegurando que lo hacía para pacificar al país y dijo ser víctima de un “golpe cívico, político y policial”, aludiendo al repliegue policial en los días previos.
Tras su dimisión, Bolivia vivió momentos de caos esa misma noche y al día siguiente, con ataques a sedes policiales y domicilios particulares, además de la quema de la mayor parte de la flota de buses urbanos de La Paz y grupos de civiles en las calles al grito de “guerra civil” en la ciudad vecina de El Alto.
Durante dos días nadie se hizo cargo de la Presidencia boliviana, ya que con Morales dimitieron todos los que constitucionalmente podían sucederlo, hasta que la entonces segunda vicepresidenta del Senado, la opositora Jeanine Áñez, asumió de forma interina tras activar un mecanismo de sucesión que en su momento contó con el visto bueno del Tribunal Constitucional.
Ahora la polarización se mantiene en el país, con un oficialismo que insiste en que en el 2019 hubo un “golpe de Estado” contra Morales y la oposición que defienden que la crisis fue consecuencia del fraude electoral.
Posturas
En febrero pasado, Morales insistió que en el 2019 “no hubo fraude” y que “la mejor prueba” de ello son los resultados de la elección del 2020, en la que su exministro de Economía Luis Arce venció con más del 55% de los votos.
Morales reiteró este argumento en una reciente entrevista que tuvo en Argentina con el uruguayo Víctor Hugo Morales, quien preguntó al expresidente: “¿quiénes han pedido disculpas creíbles por lo que le hicieron a usted y a Bolivia?” en el 2019, a lo que el boliviano respondió: “disculpas, nadie, que yo sepa nadie”.
Esta declaración le valió críticas de sus detractores, entre ellos la expresidenta interina Áñez, encarcelada desde marzo por el supuesto “golpe”, y el gobernador de la región de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho.
“El 10.11.19 @evoespueblo y masistas renunciaron y abandonaron Presidencia y Vice de Bolivia, Presi y 1ª Vice de Senado y Diputados, tras fraude confirmado por OEA. Promovieron caos y violencia entre bolivianos. Huyeron para evadir la Justicia. Bolivia aún no recibió sus disculpas”, se lee en las redes sociales de Áñez administradas por su familia.
Camacho acusó a Morales en Twitter de “dividir” al país y desconocer los resultados del referendo constitucional que en el 2016 le negó la posibilidad de volver a postular a la Presidencia.
“La corrupción fue la marca de tus gobiernos. Desconociste la Constitución y ante tu tercera reelección fraudulenta, el pueblo se levantó y huiste como un cobarde. Échate a esperar Morales, a vos disculpas no te va a pedir NADIE”, acotó.