El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) espera que Latinoamérica y el Caribe multipliquen por cuatro su cuota en el mercado global de bonos verdes en el 2024, del 2% actual al 8% que le corresponde por la magnitud de la actividad económica de la región.
Así lo aseguró el jefe de la División de Conectividad, Mercados y Finanzas del BID, Juan Antonio Ketterer, quien se mostró optimista sobre el futuro de este tipo de bonos, un instrumento de deuda que pretende luchar contra la crisis climática.
“Basado en mi experiencia y conocimiento del mercado, en tres años la región prácticamente se pondrá al día”, dijo Ketterer tras subrayar la importancia de la “transparencia” de los emisores de bonos para que esto suceda en Latinoamérica.
Para el experto, tendrá vital importancia el impacto de la herramienta digital lanzada esta semana por el brazo privado del banco, BID Invest, una plataforma única en el mundo que promueve la armonización y estandarización de la información sobre los bonos verdes.
La realidad es que el mercado de bonos verdes a nivel global alcanzó en el 2020 un récord de emisiones por valor de US$ 1.1 billones, aunque América Latina y el Caribe representó solo el 2%.
Esto sucedió, según Ketterer, por varios motivos: la estructura general de los mercados de capitales de la región, ya de por sí atrasada respecto a otras regiones; el riesgo existente de la inversión, que se podría solucionar adaptando “cédulas verdes”, y la falta de transparencia, que debería arreglarse con la nueva plataforma del BID.
Estas “cédulas verdes” serían el equivalente a las cédulas hipotecarias, un instrumento público que emite un banco para reconocer un crédito y cuya devolución tiene como garantía una vivienda.
Por países, el experto del BID explicó que los sectores públicos de Chile, México y Argentina son punteros dentro de la región en emisión de bonos verdes, mientras que, las naciones que encabezan Latinoamérica desde el sector privado son Colombia, Brasil y México.
“El problema sigue siendo -continuó- la falta de transparencia. Lo que ocurre es que los inversores no están seguros del cumplimiento de la promesa por parte de los emisores de que los fondos de los bonos serán utilizados para financiar proyectos verdes”.
Desde el 2016, el Grupo BID ha dado fuerte apoyo al mercado de capitales verde de la región, respaldando a más de 30% de las emisiones en términos de volumen, con ejemplos exitosos en Ecuador, Chile y México.
La crisis desatada por la pandemia y la creciente amenaza de la crisis climática, según el BID, han aumentado el apetito de los inversores por este tipo de instrumentos financieros, que ofrecen una alternativa ante la complicada situación de las arcas públicas.