Vista de la sede del Banco Popular de China en el centro de Pekín. Foto: EFE
Vista de la sede del Banco Popular de China en el centro de Pekín. Foto: EFE

Las autoridades chinas han prohibido ‘de facto’ a los fondos de inversión del país que compren bonos emitidos en yuanes a través de por los conocidos como vehículos de financiación de gobiernos locales (LGFV), canales informales de financiación que acumulan una enorme ‘deuda oculta’.

Según fuentes anónimas citadas hoy por Bloomberg, el (BPC, banco central) ha pedido a las corredurías y bancos del país que suspendan sus compras de los conocidos como ‘bonos dim sum’ de los LGFV a través del programa de conexión de los mercados de deuda de la parte continental del país con Hong Kong.

La noticia no ha sido confirmada oficialmente por el BPC, y las fuentes de Bloomberg no especificaron cuándo se permitirá reanudar las compras de esos títulos.

Las ventas de ‘bonos dim sum’, que ofrecen una rentabilidad media del 5.8% (más de 300 puntos básicos por encima de sus equivalentes en el mercado de la China continental), han batido su récord este año al alcanzar unos 392,000 millones de yuanes (US$ 54,162 millones, 51,167 millones de euros). Los LGFV representan en torno a un 40% de la emisión total de este tipo de bonos en 2024.

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La iniciativa llega días después de que Pekín anunciase un paquete por un total de 10 billones de yuanes (US$ 1.4 billones, 1.3 billones de euros) para reducir la ‘deuda oculta’ acumulada por los gobiernos locales y regionales del país, considerada una posible amenaza para la estabilidad financiera nacional.

Las autoridades reconocen unos 14.3 billones de yuanes (US$ 2 billones, 1.9 billones de euros) en ‘deuda oculta’, y apuntaron que el mencionado programa servirá para reducir esa cifra hasta unos 2 billones de yuanes (US$ 276,874 millones, 260,674 millones de euros) hacia 2028.

Billones de ‘deuda oculta’

No obstante, los analistas apuntan a que esa cifra se refiere únicamente a la deuda de los LGFV que es reconocida como pasivo por los gobiernos locales, y estimaciones del (FMI) situarían el número real muy por encima, en torno a unos 66 billones de yuanes (US$ 9.1 billones, 8.6 billones de euros).

Según la agencia calificadora de deuda (S&P), el plan anunciado por Pekín es un “buen comienzo” a la hora de afrontar la ‘deuda oculta’, pero esto no impide que la deuda total de los LGFV “siga aumentando rápidamente”: “La deuda corporativa de los LGFV es un problema mucho mayor, y ese plan no va a arreglarlo”.

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Su deuda es más del doble que hace cinco años porque las entidades tienen problemas por retornos flojos, costos por intereses más altos y una transición inestable hacia un enfoque más comercial”, advierte Laura Li, analista de S&P.

El Gobierno espera que el programa de canje de deuda ahorre unos 600,000 millones de yuanes (US$ 83,103 millones, 78,202 millones de euros) en costes de financiación para los gobiernos locales a lo largo de los próximos cinco años.

Esto liberaría recursos para que esas administraciones, lastradas por la reducción de ingresos clave por ventas de terrenos en el marco de la prolongada crisis inmobiliaria, volvieran a invertir en proyectos que permitan volver a dar impulso a una recuperación económica menos brillante de lo esperado.

La baja demanda nacional e internacional, unida a riesgos de deflación, estímulos insuficientes, una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo o una falta de confianza en el seno de los consumidores y el sector privado son algunas de las causas que esgrimen los analistas para explicar lo que ocurre en la segunda mayor economía mundial.

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