
Mientras el presidente Javier Milei endurece los controles cambiarios para apuntalar el peso antes de las elecciones legislativas, argentinos como Rubén López recurren a las criptomonedas para proteger sus ahorros.
Una nueva estrategia consiste en usar stablecoins —tokens digitales vinculados uno a uno con el dólar estadounidense— para aprovechar la tasa oficial de cambio, que actualmente valora el peso alrededor de 7% por encima del mercado paralelo.
La operación funciona así: se compran dólares y se cambian de inmediato por stablecoins; luego, esos tokens se revenden por pesos al tipo de cambio del mercado. Este arbitraje, conocido como “rulo”, puede generar ganancias rápidas de hasta 4% por transacción, según los corredores de criptomonedas.
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La maniobra refleja un cambio en la manera en que los argentinos enfrentan otra ronda de turbulencia económica. El país ha estado drenando sus reservas en dólares para sostener el peso y evitar que supere el límite de su banda cambiaria antes de las elecciones del 26 de octubre, tras las cuales los inversores prevén una nueva caída de la moneda, incluso con el apoyo sustancial de Estados Unidos.
Cuando el banco central prohibió recientemente revender dólares por 90 días —como parte de un intento de frenar operaciones de ganancia rápida— el “rulo” resurgió casi de inmediato.

La plataforma Ripio informó el 9 de octubre un aumento semanal de 40% en las ventas de stablecoins a pesos “porque los usuarios aprovechan las variaciones de precios y oportunidades del mercado”.
Algunos residentes consideran necesarias estas medidas; después de todo, viven en un país que ha caído en default tres veces este siglo. Milei fue elegido en 2023 con la promesa de acabar con esos males financieros. Ha logrado algunos avances, como reducir la inflación anual desde casi 300% a cerca de 30%, pero la moneda perdió alrededor de tres cuartas partes de su valor debido a la devaluación inicial de Milei y, más recientemente, al temor de los inversores ante las elecciones.
El “rulo” muestra cómo las criptomonedas evolucionaron de una curiosidad que fascinaba a los argentinos —incluido el propio Milei— a una herramienta financiera para resguardar ahorros. Aunque en EE.UU. el cripto suele usarse para especulación, en América Latina se ha convertido en un refugio ante la volatilidad, la alta inflación y los férreos controles de capital.
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“Damos a los usuarios la posibilidad de comprar cripto con pesos o dólares y venderlas con ganancia; es nuestro negocio diario”, dijo Manuel Beaudroit, director ejecutivo de Belo, una bolsa local. “Eso permite obtener un margen generoso gracias a la diferencia de cambio”. En las últimas semanas, señaló, los operadores podían ganar entre 3% y 4% por transacción, aunque advirtió que “esto es muy inusual”.
Otras plataformas observan patrones similares. Lemon Cash, otra bolsa local, indicó que las operaciones cripto —ventas, compras y canjes— aumentaron 50% sobre el promedio el 1 de octubre, cuando comenzó la prohibición de 90 días.

“Las stablecoins son sin duda un vehículo para conseguir dólares más baratos”, afirmó Julián Colombo, director de Bitso en Argentina. “El cripto aún está en proceso de regulación, por lo que el gobierno no sabe cómo controlarlo ni restringir la liquidez en stablecoins, lo que ha permitido que este rulo florezca”.
Pero el auge de las stablecoins no se limita al arbitraje. Con el gobierno de Milei enfrentando una elección clave y la economía nuevamente bajo presión, muchos argentinos usan cripto también como cobertura ante una posible devaluación del peso.
“La inflación y la incertidumbre política nos hacen más conservadores, así que no tengo ahorros ni inversiones en pesos, solo los uso para gastos”, dijo Nicole Connor, líder de Women in Crypto Argentina. “Mantengo mis ahorros en cripto y stablecoins e intento generar rendimientos con ellos”.

Aun así, el juego cripto no está exento de riesgos. Mientras las ganancias bursátiles están exentas de impuestos, las de las operaciones cripto pagan hasta 15%. Además, los bancos suelen exigir comprobantes de fondos a quienes realizan transferencias grandes de manera reiterada.
A medida que continúan las dificultades económicas, analistas prevén que la dependencia de Argentina de los dólares digitales se profundice, en la medida en que los ciudadanos en toda América Latina buscan proteger sus activos de los vaivenes fiscales y electorales.
“Las stablecoins llegaron para quedarse”, dijo López. “El dólar ocupa un lugar muy fuerte en la sociedad argentina y en la vida cotidiana, porque nos ha dado refugio ante la moneda nacional”.








