Los bonos internacionales de Argentina se dispararon hasta alcanzar su mayor nivel en más de un año después de que el Gobierno anunciara el miércoles que planea recomprar alrededor de US$ 1,000 millones en deuda, sorprendiendo a los inversores en el país con problemas de liquidez.
Los US$ 16,100 millones en bonos internacionales de la nación sudamericana con vencimiento en 2030 subieron hasta 3.2 centavos a más de 36 centavos por dólar, el nivel más alto desde octubre de 2021, antes de recortar las ganancias. Son esos bonos, más los que vencen en 2029, los que el Gobierno planea recomprar, informó el ministro de Economía, Sergio Massa, sin dar detalles. El banco central dirigirá el proceso.
Para los inversores, la pregunta clave es de dónde viene el dinero, escribieron en una nota analistas de Portfolio Personal Inversiones dirigidos por Joaquín Bagues. Las reservas netas rondan los US$ 6,080 millones, por lo que esta primera fase del programa consumiría el 16.4% de este escaso stock, señalaron.
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El Ministerio de Economía de Argentina utilizaría dólares en poder del Tesoro para financiar la recompra, incluido el dinero que espera ahorrar de las importaciones de energía que estima, no necesitará en 2023, según personas con conocimiento directo del asunto. La recompra afectaría las reservas brutas de Argentina, pero no las reservas netas, dijeron las personas.
La recompra marcaría la primera medida importante sobre los bonos globales del país desde la reestructuración de deuda de US$ 65,000 millones en 2020. Sus bonos han cotizado en niveles de dificultad desde entonces, pero los precios casi se han duplicado en las últimas semanas desde un mínimo de 19 centavos por dólar en octubre.
Qué dice Bloomberg Economics
“La decisión estaría justificada si Argentina tuviera un exceso de reservas, pero no es el caso. Las reservas internacionales se sitúan actualmente en US$ 42,900 millones y llevan mucho tiempo por debajo del nivel recomendado por el FMI. Desprenderse voluntariamente de US$ 1,000 millones es una apuesta arriesgada a la mejora sostenible de los precios de las materias primas y la liquidez internacional”, dijo Adriana Dupita, economista para América Latina.
Argentina intenta cumplir el acuerdo de US$ 44,000 millones suscrito por el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional, acumular reservas internacionales y luchar contra una inflación anual cercana al 100% antes de las elecciones presidenciales de este año.
“Es difícil creer que el FMI haya dado su visto bueno, o tal vez no lo haya hecho, y Argentina siga adelante de todos modos”, dijo Edwin Gutiérrez, jefe de deuda soberana de mercados emergentes de Abrdn en Londres. “No hay forma de que Argentina supere su objetivo de acumulación de reservas a corto plazo”.
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Riesgos de sequía
Massa añadió el miércoles que una sequía está afectando las previsiones económicas del Gobierno incluidas en su presupuesto para 2023. Sin dar detalles específicos, dijo que Argentina necesitará importar menos energía que la proyectada en el presupuesto.
El principal cultivo de exportación del país, la soja, se enfrenta en la perspectiva de su peor cosecha en 14 años, ya que las tierras agrícolas afectadas por la sequía anticipan malos rendimientos. Ello, podría recortar 1.8 puntos porcentuales del producto interior bruto, según estimaciones publicadas la semana pasada por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Antes del anuncio del miércoles, los economistas encuestados por el banco central de Argentina el mes pasado proyectaban que el crecimiento económico se desaceleraría a menos del 1% este año desde más del 5% en 2022 en medio de la sequía y la incertidumbre electoral.
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Problemas locales
Al mismo tiempo que Argentina planea recomprar parte de sus bonos en moneda extranjera, se están gestando problemas en el mercado de deuda local.
Los inversores locales se han mostrado reacios a refinanciar sus tenencias de deuda denominada en pesos ante el temor de que el aumento de la inflación haga insostenible la deuda en pesos indexada al IPC del país y aumente la especulación sobre la posibilidad de que el Gobierno se vea obligado a incumplir sus obligaciones a fines de este año.
Una subasta de deuda en pesos servirá este miércoles como prueba de fuego para la voluntad de los inversores locales de financiar al Gobierno en 2023, indicando qué tan cerca que puede estar un posible default.
La venta es la primera prueba del nuevo año para que el Gobierno aumente la participación entre los inversores privados en las subastas de deuda local. El Tesoro busca refinanciar alrededor de 365,000 millones de pesos (US$ 2,000 millones) en letras y bonos locales, con cerca del 86% de los vencimientos totales en manos del sector privado, según Portfolio Personal Inversiones.
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Según Javier Casabal, estratega de renta fija de Adcap Asset Management en Buenos Aires, si Argentina no refinancia la totalidad de la deuda, tendrá que cubrir el déficit mediante la emisión de dinero, lo que alimentará aún más la inflación y aumentará la presión sobre el Gobierno para que devalúe su tipo de cambio oficial. Ello, a su vez, aumenta la presión para un reperfilamiento de la deuda a fines de este año.
“Si Argentina no consigue refinanciar su deuda local, el mercado empezará a ponerse nervioso y podríamos ver rescates más pronunciados de los fondos de inversión”, dijo
La venta tendrá lugar desde las 10 a.m. hasta las 3 p.m., hora local, con una segunda ronda de subasta el 19 de enero.
Cierre dispar
La plaza financiera de Argentina cerró el miércoles con tendencias dispares como respuesta a reacomodamientos de carteras, luego de que el ministro de Economía anunciara la recompra de deuda externa y que el banco central subiera en 200 puntos básicos la tasa de pases pasivos.
Los bonos soberanos continuaron con su escalada alcista de precios, al tiempo que la bolsa cayó fuertemente por tomas de utilidades y el mercado cambiario se mostró más distendido a causa de una baja en los dólares alternativos.
“El anuncio de recompra podría tener efectos colaterales asociados, en especial en la dinámica de las escasas reservas del BCRA, acentuadas a partir de la sequía, por lo cual será importante para los inversores conocer los detalles sobre su implementación para evaluar su sustentabilidad”, dijo Gustavo Ber, de estudio Ber.
La pérdida de ingresos netos del sector de los productores agropecuarios asciende a US$ 10,425 millones sólo de tres cultivos y podría agravarse de continuar el déficit de lluvias, estimó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Por su parte, Portfolio Personal Inversiones señaló que “la verdadera pregunta aquí es sobre el poder de fuego del equipo de Massa. ¿De dónde vendrán los fondos para el programa? Las reservas netas rondan US$ 6,080 millones, por lo que la primera fase de este programa representa 16.44% de este escaso stock”.
Analistas coinciden en señalar que estas medidas apuntan a controlar el mercado de cambios alternativo por el cual se obtienen dólares mediante la compra de bonos en pesos y su venta en dólares.
“Si bien faltan cuestiones a definir, en el largo plazo estas medidas tienen poco efecto si no hay previamente reservas, buen flujo de liquidaciones en el mercado de cambios o superávit primario”, señaló Roberto Geretto, de Fundcorp.
“Al parecer la medida apunta a contener la suba del (dólar en las plazas alternativas) CCL (contado con liquidación), lo cual también explicaría la suba de tasa de pases BCRA”, afirmó.