Yosbel Palacios, un ingeniero informático, no pudo trabajar. Eulis Hernández tuvo que hacer malabares para operar su billetera de criptomonedas y la doctora Zoraida López no pudo comunicarse con sus padres para avisarles que estaba bien.
El apagón tecnológico que suspendió el servicio de internet y datos móviles en Cuba tras las manifestaciones antigubernamentales del domingo y hasta el miércoles se ha vuelto intermitente.
El régimen comunista no ha reconocido explícitamente que limitar el acceso a internet -sobre todo desde los celulares- fue un acto defensivo, pero acusaron a las redes sociales, y en especial a Twitter, de no haber intervenido para detener “una campaña artificial armada desde Estados Unidos” para provocar los levantamientos.
“Desde... los meses finales del año pasado hasta ahora (se detectaron) los numerosos actos de instigación a la violencia, a acciones terroristas que con absoluta impunidad han ocurrido y siguen ocurriendo”, expresó el canciller Bruno Rodríguez la víspera durante una conferencia de prensa.
“Se producen desde cuentas radicadas en el ciberespacio de Estados Unidos, desde dispositivos que están bajo la soberanía del gobierno de Estados Unidos, desde territorio de Estados Unidos, desde compañías y grupos... que reciben financiamiento directo del gobierno de Estados Unidos”, agregó al tiempo que advirtió que el régimen comunista no renunciará a defenderse de una agresión “se dé en el plano en que se produzca”.
Twitter no respondió de inmediato a un pedido de comentarios por parte de The Associated Press.
Mientras tanto, en las calles de La Habana la ausencia de datos ocasionó un sinnúmero de complicaciones.
“Estamos en un apagón tecnológico”, dijo Palacios, un ingeniero informático de 27 años que buscaba conectarse en un parque a través de las redes de wi-fi públicas. “Cortaron el internet y se cortan las comunicaciones. Las personas no se pueden poner de acuerdo. Hay muchos servicios... que ahora están parados. En mi caso, qué teletrabajo, me cuesta mucho”
Desde que las protestas comenzaron el domingo pasado al mediodía el servicio de datos es intermitente o incluso si se detecta no permite navegar en la web. Es posible alguna conexión a través de wi-fi, por lo que muchas personas acudieron a las plazas que tienen puntos de conexión para acceder a internet. Pero no todos pudieron conectarse.
“Utilizo el internet para ver el estado de mi cuenta, comprar paquetes (de criptomonedas), hacer retiros”, expresó Eulis Hernández, un contador de 49 años que opera en una plataforma de inversión llamada Trust Investing. El hombre logró acceder parcialmente usando una red privada virtual (VPN).
Y muchas personas como la médica López, de 58 años, dejó de comunicarse con familiares y amigos en el extranjero. “Hemos vivido sin esto y podemos hacerlo una semana más”.
Etecsa, la compañía estatal que monopoliza el servicio de internet y datos móviles no respondió a un pedido de comentarios de AP.
Actividad de comunicación
Por su parte Doug Madory, un analista de Kentik, una empresa de administración de redes en Estados Unidos, dijo que en base a los datos de un proveedor de web-hosting y seguridad, desde el domingo la actividad de comunicación en las redes digitales desde datos móviles en Cuba ha pasado “dramáticamente” a casi todo por líneas fijas.
Las protestas en rechazo a la escasez, los cortes de luz o por un cambio de gobierno que se desarrollaron sobre todo el domingo y en menor medida el lunes cobraron la vida de un manifestante tras una serie de actos vandálicos, saqueos de tiendas o golpes a patrullas.
El miércoles el control policial fue menor, mientras en parques y plazas se congregaban grupos de apoyo al gobierno.