Una alpaca de ocho años llamada Gerónimo, que estuvo en el centro de una disputa legal con el gobierno británico y cuya situación desencadenó una campaña nacional para mantenerla con vida, ha sido sacrificada tras dar dos veces positivo a la tuberculosis bovina.
Un video muestra a personal veterinario con overoles azules, máscaras y gafas, resguardado por policías, llegar a la granja del oeste de Inglaterra donde vivía el animal y llevárselo.
La orden de matar a la alpaca provocó las súplicas de su propietaria, Helen Macdonald, para que el primer ministro, Boris Johnson, y su esposa, Carrie, tuvieran piedad, lo que llevó a algunas celebridades a exigirles que se apartaran de lo que consideraban un desastre de relaciones públicas.
Los manifestantes se habían presentado en las últimas semanas en la granja de Macdonald para protegerlo después de que el gobierno ordenara su sacrificio. Más de 140,000 personas habían firmado una petición pidiendo que se salvara a la criatura.
“El animal infectado fue trasladado de las instalaciones y sometido a eutanasia por el personal de la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal como medida necesaria para controlar la propagación de la tuberculosis bovina”, dijo el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales en un comunicado.
La tuberculosis bovina es una enfermedad bacteriana crónica del ganado vacuno que ocasionalmente afecta a otras especies de mamíferos. Puede transmitirse a los seres humanos a través de la ingestión de leche no pasteurizada.
Macdonald, enfermera veterinaria, dijo que la alpaca dio negativo cuando fue traída de Nueva Zelanda y cree que el diagnóstico del gobierno es el resultado de un falso positivo. Ha gastado miles de libras en una fallida batalla judicial para salvar al animal.
Un portavoz del primer ministro dijo que es muy angustioso para alguien perder un animal.
“Nuestras condolencias están con la señora Macdonald y con otros afectados por esta terrible enfermedad”, dijo.