El acta de la última sesión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), el 21 de julio, en la que se optó por un aumento de los tipos de interés hasta el 0.50%, revela una gran preocupación por la inflación, lo que llevó a que la decisión fuera aprobada por una gran mayoría.
Las voces escépticas que apuntaban a que un alza de intereses podría provocar una recesión estuvieron en clara minoría, según esas actas, difundidas hoy.
En un análisis previo se constató que entre los inversores, ante las preocupaciones generales por la inflación e incluso por una posible “estanflación” -mezcla de estancamiento e inflación- se había fortalecido la expectativa de que el BCE entrase en un proceso de normalización de su política monetaria.
El aumento en los intereses se adoptó como una señal clara de que el BCE estaba dispuesto a asumir su mandato de trabajar para reducir la inflación ligeramente por debajo del 2.0%.
Otro argumento a favor de un alza de los tipos de interés era que buena parte de la depreciación del euro frente al dólar se debe a una divergencia de las políticas monetarias de los dos bancos centrales respectivos.
El acta también apunta a una continuación de la normalización de la política monetaria.
“La futura trayectoria de la política dependerá de los datos y estará guiada por el objetivo de inflación a medio plazo del Consejo de Gobierno del 2%”, dice el acta.
“En el contexto de la normalización de la política, el Consejo de Gobierno deberá evaluar opciones para hacer frente a los excesos de liquidez en una de sus próximas reuniones”, agrega.
Los riesgos de inflación, según el acta, son actualmente mayores que los riesgos para el crecimiento. “En general la presión inflacionaria se ha extendido y se ha hecho más fuerte”, dice el acta.
El aumento de tipos de interés en julio, de medio punto porcentual, fue el primero en 11 años. El junio la inflación en la eurozona alcanzó el 8.9%. El BCE considera garantizada la estabilidad de los precios cuando la inflación está ligeramente por debajo del 2.0%.