La insinuación que ha hecho China por canales oficiales de que la pandemia puede haberse originado en Estados Unidos, por lo que ha pedido a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que investigue en sendos laboratorios de este país, ha sido rechazada por un responsable de esta entidad, que ha puesto de manifiesto las contradicciones en las que cae Pekín con su planteamiento.
Un equipo internacional de científicos que visitó Wuhan entre enero y febrero para investigar el virus SARS-CoV-2, responsable del COVID-19, dejó abiertas cuatro hipótesis sobre cómo fue el origen del coronavirus, entre las cuales consideró que la más probable es su transmisión de un animal al humano (posiblemente pasando por un animal que actuó como intermediario) y la menos probable un accidente de laboratorio.
“Es contradictorio que los colegas en China digan que la hipótesis de un accidente de laboratorio es infundada en el contexto de China, pero que ahora tenemos que ir a investigar laboratorios en otros países”, ha dicho el director de Emergencias Sanitarias y líder de la lucha contra la pandemia en la OMS, Mike Ryan.
El experto ha añadido que nadie niega que hay trabajo pendiente en todo el mundo en relación con las investigaciones que se hacen en los laboratorios y las normas de bioseguridad que se aplican, pero recalcó que todas las hipótesis sobre el origen del coronavirus siguen sobre la mesa y requieren ser investigadas de forma más profunda.
“Nosotros iremos allí donde (esas investigaciones) nos lleven, pero esto (las insinuaciones de China) es difícil de entender y esperamos poder hablar con nuestros colegas chinos para ver exactamente lo que quieren decir”, señaló.
Altos funcionarios chinos han señalado que el Instituto de Virología de Wuhan ya fue visitado por expertos de la OMS y que ahora “sería justo que las siguientes rondas de investigación tuvieran lugar en Fort Detrick y la Universidad de Carolina del Norte”, ambos en Estados Unidos y lugares que son objeto habitual de acusaciones y teorías complotistas por parte de medios oficiales chinos.
Fort Detrick, que cerró en julio del 2019, es un laboratorio militar estadounidense donde, según el Gobierno chino, se habrían producido “graves violaciones de seguridad” y “oscuros experimentos, mientras que en la Universidad de Carolina del Norte habría llevado a cabo numerosos “experimentos en el campo de los coronavirus”.
La petición para que la OMS envíe expertos a los dos laboratorios en Estados Unidos fue formalizada mediante una carta remitida por el embajador de China ante la ONU y otras organizaciones internacional en Ginebra, Chen Xu, al director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, y que ha sido publicada en la página web de su legación.