A menos de dos meses de terminar el año, el ingreso de turistas extranjeros a nuestro país tiene solo un avance de aproximadamente el 60% del flujo que ocurría en el 2019. En contraparte, el turismo interno se encuentra a niveles muy cercanos al 100% de la etapa prepandemia, sostuvo el presidente de la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (APOTUR), Enrique Quiñones.
Entonces, en este contexto, ¿cuáles son las expectativas para fin de año? Quiñones detalló que, en esta temporada, el ingreso de turistas internacionales está, principalmente, representado por latinoamericanos, quienes llegan a nuestro país como parte de su itinerario de vacaciones. Por tradición, uno de los puntos de visita obligatoria de estos viajeros es el Cusco con su más importante atractivo: Machu Picchu.
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“Las reservas online para el ingreso a la Llaqta están cubiertas, lo que modifica el escenario. Tenemos turismo receptivo que cambia de planes y termina por irse a otros países, porque no encuentra entradas para la ciudadela. Todos los que vienen a Perú desean conocer Machu Picchu”, resalta el representante.
El conflicto surge por la venta física de 1,000 boletos diarios en el pueblo de Aguas Calientes, la cual es la otra alternativa de compra para quienes no alcanzan cupos en la venta virtual. Esta modalidad viene siendo criticada por los operadores turísticos, quienes indican que abre la puerta a la informalidad, genera desorden y todo un desplazamiento que termina por desincentivar al turista. Actualmente, el aforo de Machu Picchu es de 4,044 visitantes por día.
En ese sentido, Quiñones considera que este nuevo mecanismo de venta ha terminado impactando negativamente en el turismo receptivo, el cual podría haber alcanzado incluso una recuperación de 80% con el comercio únicamente online que se desarrolló por años. “Quien desea adquirir una entrada en Dirección Desconcentrada de Cultura de Machupicchu Pueblo tiene que realizar cola con tiempo y prever una noche de hospedaje en Aguas Calientes”, manifestó.
En tanto, el vicepresidente de la Cámara Hotelera de Cusco, Fernando Santoyo, explicó que la proyección de reservas en hoteles para fin de año se replanteó a la baja, de 75% a 65%, pues hay diversos factores que desmotivan la llegada del turista.
“Tenemos problemas como la difícil situación económica y el encarecimiento del crédito, teniendo en cuenta que muchas personas compran con tarjetas de crédito. Además, a todo ello, se suma el problema de los boletos de acceso a la ciudadela, pues ningún turista vendrá al país si no tiene la seguridad que va a ingresar”, dijo el empresario, quien precisó que del 65% de reservas estimadas para estas fechas, el 45% es representado por el turismo receptivo.
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Al respecto, Quiñones recordó que el flujo receptivo deja mayores ingresos a la cadena turística nacional; ello, a partir de un ticket de gasto diario promedio de US$ 1,200, incluyendo el servicio de hospedaje. “Los periodos de estadía también varían entre cinco y ocho días”, añadió. En la previa a fin de año, los visitantes más frecuentes son mexicanos, argentinos, brasileños, estadounidenses.
Otrosí digo
El representante de APOTUR señaló que los hoteles ubicados en las playas del norte, como Piura y Tumbes, actualmente ya proyectan reservas de 80% de cara a las fiestas de fin de año. La dinamización de estos destinos ocurre, principalmente, por la visita del turismo interno, el cual tiene un gasto promedio de S/ 500 diarios.
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