En Santiago, las ventas de viviendas aumentan, las acciones alcanzan niveles históricos y los inversionistas apuestan fuerte por los bonos corporativos. Las proyecciones apuntan a que el crecimiento económico de Chile superará el próximo año al de potencias regionales como Brasil y México.
Este optimismo está impulsado por las expectativas del mayor ciclo de relajación de tasas de interés del mundo, la recompensa por la lucha temprana y agresiva del banco central para salvar a una economía sobrecalentada del aumento de los precios y de un crecimiento insostenible que hace dos años se acercó al 12%.
El rescate no estuvo exento de daños: el rápido aumento de las tasas de interés hasta su nivel más alto en dos décadas provocó una leve recesión, y datos publicados esta semana mostraron un continuo estancamiento en el sector minorista y la industria. Sin embargo, la economía ahora está mucho mejor posicionada para beneficiarse de tasas más bajas que algunos de sus pares del mundo desarrollado, que tardaron más en aumentar los costos de endeudamiento.
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“Las expectativas de inflación han vuelto a anclarse en 3%, y eso justamente habla bien de la credibilidad que tiene el banco central”, dijo Andrés Pérez, economista jefe para América Latina de Banco Itaú en Santiago. “El ciclo de alzas se empezó a realizar mucho antes que en otras economías, especialmente en las desarrolladas”.
El ciclo de relajación del banco —que incluyó un recorte de 1 punto porcentual en julio y lo que se prevé sea una reducción de 75 o 100 puntos básicos el 5 de setiembre— totalizará al menos 625 puntos básicos en los próximos 12 meses, el mayor del mundo según las tasas implícitas del mercado que analiza Bloomberg. Hace apenas un año, la tasa de política monetaria alcanzó un máximo del 11.25%, cuando el aumento de los precios superó el 14%, el nivel más alto desde 1992 y el más pronunciado entre los pares de la región.
Chile y otros países latinoamericanos, con recuerdos más recientes de una inflación descontrolada, fueron mucho más agresivos a la hora de subir las tasas de interés que las economías de mercados desarrollados cuando los precios al consumidor se dispararon en todo el mundo en 2021. Brasil, por ejemplo, subió las tasas en marzo de 2021, mientras que la Reserva Federal recién las aumentó un año después.
Ahora, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo siguen tratando de ponerse al día, sopesando un mayor endurecimiento. El mes pasado, Goldman Sachs Group Inc. predijo que la Fed no bajará las tasas hasta el segundo trimestre de 2024.
Chile enfrentó las mismas presiones sobre el costo de la vida derivadas de los cuellos de botella en las cadenas de suministro mundiales y la invasión rusa de Ucrania que otros países, pero, además, tuvo que lidiar con las consecuencias de un estímulo que superó el 25% del producto interno bruto inyectado en la economía durante la pandemia.
Las transferencias del Gobierno del expresidente Sebastián Piñera llegaron al 90% de los hogares, y tres rondas de retiros anticipados de fondos de pensiones aprobadas por el Congreso inyectaron unos US$ 50,000 millones adicionales a una economía al rojo vivo.
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Cambio de rumbo
Uno de los pilares de la respuesta del banco fue la comunicación coherente. Tras asumir el cargo de presidenta del banco central en febrero 2022, Rosanna Costa subrayó en reiteradas ocasiones que el crecimiento económico se estaba desacelerando de forma demasiado gradual y que la inflación era demasiado alta. Según Bloomberg Economics, Costa llevó las tasas reales, ajustadas al aumento de los precios al consumidor, al nivel más alto desde 2002.
Las proyecciones de inflación cayeron rápidamente, y los economistas y operadores ahora prevén que se desacelerará hasta la meta del 3% en dos años. Por el contrario, las estimaciones del costo de la vida en Brasil, que también está recortando las tasas, se mantienen por encima del objetivo hasta 2026.
Riesgos para el peso
Por supuesto, los agresivos recortes de Chile plantean riesgos. Algunos economistas advierten que la inflación podría reactivarse por el debilitamiento del peso, que ha caído un 6.4% desde principios de julio, a pesar de que el Ministerio de Hacienda ha duplicado las ventas de dólares, una medida que apoya a la moneda.
Una moneda más débil encarece las importaciones, y Chile es especialmente vulnerable porque importa la mayor parte de su combustible. El crecimiento de los salarios y el aumento de los costos de las materias primas también se consideran posibles vulnerabilidades.
El vicepresidente del Banco Central de Chile, Pablo García, minimizó el efecto del peso en las perspectivas de política monetaria, y afirmó en una entrevista concedida el 26 de agosto desde Jackson Hole, Wyoming, que los miembros del directorio siguen teniendo la intención de reducir las tasas hasta el 7.75%-8% a fin de año, desde el 10.25% actual.
“Las noticias que hemos tenido, tanto sobre el escenario internacional como sobre los datos internos, la inflación, las oscilaciones del tipo de cambio, no parecen pintar un panorama radicalmente diferente al que teníamos en mente cuando iniciamos los recortes en julio”, dijo García.
Perspectivas para 2024
Por ahora, los mercados financieros chilenos se preparan para tiempos mejores. Las acciones locales batieron récords en julio y principios de agosto gracias a las apuestas de que las tasas más bajas ayudarán a la demanda, lo que desencadenó un repunte en todos los sectores liderado por minoristas como Plaza S.A. y Ripley Corp.
Mientras tanto, los inversionistas se apresuran a volver al mercado de deuda corporativa ante las perspectivas de un regreso a un crecimiento económico más sólido tras meses de estancamiento, según una encuesta mensual de Bloomberg News publicada en agosto. USB elevó el jueves las acciones chilenas a las más preferidas de los mercados emergentes, impulsadas por el rápido giro de la política monetaria y un contexto político más estable.
Las ventas de viviendas crecieron un 33% en Santiago en el primer semestre de este año respecto a los seis meses anteriores. René Castro Leal, un ejecutivo formado en la Universidad de California que vende departamentos en un nuevo edificio residencial de la capital, dijo que ha visto un punto de inflexión en la demanda.
Tiene muy presente a un cliente que hace un año se enamoró de un departamento, pero dudaba en comprarlo debido a las malas perspectivas económicas. El comprador finalmente aceptó comprar la propiedad después de que el banco central realizara su primer recorte de tasas de interés en julio y dijera que la inflación estaba bajando más rápido de lo que se pensaba inicialmente.
“Los clientes reaccionan a las noticias del banco central”, dijo Leal. “Vamos a tener meses con mejores ánimos de los clientes”.
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