El creciente brote de la viruela del mono está generando preocupación de que el virus pueda propagarse entre un inesperado grupo particularmente propenso a transmitir infecciones contagiosas: los niños.
Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijeron esta semana que están observando “extremadamente de cerca” el potencial de propagación entre los niños. Más de 80 niños en varios países ya han contraído la viruela del mono, en gran parte a través de contactos domésticos, dijo la agencia en una conferencia de prensa.
Si bien eso es una pequeña fracción de los más de 18,000 casos de viruela del mono en todo el mundo, con la mayoría concentrados entre hombres que tienen sexo con hombres, la posibilidad de transmisión comunitaria aumenta la amenaza de que el virus podría establecerse en otras poblaciones, como mujeres y niños. La rápida propagación de la enfermedad ha llevado al director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, a declarar el brote como un emergencia de salud pública de importancia internacional.
“Es probable que veamos un número creciente de casos transmitidos en otras redes sociales y entornos” más allá de las relaciones sexuales masculinas, dijo Jay Varma, profesor de ciencias de salud de la población en Weill Cornell Medicine en Nueva York. “Ninguna red social es autónoma. Todas actúan como ‘puente’ a otras redes”.
Cualquiera puede contraer el virus, que se caracteriza por llagas inflamadas y, a veces, causa inflamación de los ganglios linfáticos u otros síntomas similares a los de la gripe. Aunque su principal modo de transmisión han sido las redes sexuales, puede propagarse a través de otras formas de contacto. Una vez que alguien lo tiene dentro de un hogar, es especialmente fácil que el virus infecte a otros al compartir ropa o toallas, al tocar llagas o mediante el contacto prolongado piel a piel, como los abrazos.
Los niños, que interactúan constantemente en las escuelas y guarderías, pueden ser especialmente vulnerables. Normalmente, se contagian decenas de virus cada año, incluidas erupciones contagiosas como la enfermedad de manos, pies y boca, lo que provoca cierto temor de que si la viruela del mono comenzara a propagarse en entornos centrados en los niños, podría ser difícil de contener.
“Es inevitable que algunos niños se infecten y asistan a la escuela mientras están infectados”, dijo Varma. “Lo que no sabemos es la probabilidad de que los niños contagien a otros niños mientras están en la escuela y, si ocurre la transmisión, si se limitará a unos pocos casos o causará un gran brote”.
Los funcionarios de salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos dijeron la semana pasada que están al tanto de dos casos pediátricos en el país. Se identificó otro caso en una mujer embarazada que dio a luz recientemente, dijo John Brooks, director médico para la viruela del mono del mono de los CDC.
La buena noticia es que hasta ahora no ha habido muertes por el brote en EE.UU. Y al enfocarse en las rutas principales de transmisión del virus y brindar tratamientos a los grupos más afectados, en este momento, hombres que tienen sexo con hombres, es posible prevenir una mayor propagación dentro de la comunidad.
Aún así, el secretario de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., Xavier Becerra, enfatizó el jueves la importancia de estar preparado para un brote más amplio, incluso asegurando un mayor acceso a las vacunas.
“Todo estadounidense debería prestar atención a la viruela del mono”, dijo durante una llamada con los medios. “La viruela del mono no es como el covid, pero es contagiosa. Es dolorosa. Y puede ser peligrosa”.
Casos históricos
Históricamente, en partes de África occidental y central donde la viruela del mono se considera endémica, los casos pediátricos no eran inusuales. El primer caso humano del virus fue un niño en la República Democrática del Congo en 1970, y los brotes anteriores se propagaron principalmente a través del contacto con animales infectados. Y en esos casos, los casos graves ocurrieron con mayor frecuencia entre los niños, según la OMS.
De acuerdo a un estudio publicado en la revista Clinical Infectious Diseases, durante un brote de viruela del mono en EE.UU. en el 2003, que provino de roedores importados de Ghana, los pacientes pediátricos tenían más probabilidades de ser hospitalizados en una unidad de cuidados intensivos que los adultos. Casi un tercio de los 37 pacientes confirmados eran menores de 18 años, mostró el estudio.
Pero en otro gran brote en Nigeria en el 2017, solo se encontraron unos pocos casos en niños. Y de acuerdo a una revisión sistémica de los datos de casos de brotes que ocurrieron entre 1970 y el 2019, la edad promedio de los pacientes con viruela del mono ha aumentado de 4 a 21 años en las últimas cinco décadas.
El brote del 2022 se ve un poco diferente a las situaciones pasadas, ya que el virus se propaga principalmente cuando las personas tocan lesiones o fluidos infecciosos durante los encuentros íntimos. Los síntomas también son distintos a los de la literatura médica, con más casos que se presentan con llagas que se parecen a las infecciones de transmisión sexual o erupciones cutáneas comunes, según un estudio publicado recientemente en el New England Journal of Medicine.
La naturaleza cambiante del virus hace que sea más difícil reconocer los casos, junto con los efectos potenciales para los niños.
“Nuestra experiencia con niños es pequeña, por lo que, desafortunadamente, aprenderemos a medida que los niños se infecten”, dijo Brooks de los CDC en una llamada con médicos el 23 de julio. “Los reportados hasta ahora han estado bien”.
Cualquiera está en riesgo
Rosamund Lewis, directora técnica de la OMS sobre viruela del mono, dijo que hasta ahora la mayoría de los niños con viruela del mono en todo el mundo han compartido un hogar con otras personas infectadas, como padres o tutores. Pero unos pocos parecen no tener vínculos epidemiológicos, lo que indica infección en otras partes de la comunidad.
Independientemente de la edad, “el mensaje sigue siendo el mismo: cualquier persona que tenga contacto doméstico o contacto directo con alguien que tenga viruela del mono puede estar en riesgo”, dijo Lewis.
Otra preocupación es que la viruela del mono se puede transmitir a través de la placenta durante el embarazo y se sabe que causa complicaciones al bebé, incluido el nacimiento de un niño muerto. Brooks, de los CDC, dijo que la mujer estadounidense embarazada con el virus no parece haberlo transmitido a su hijo. El bebé recibió anticuerpos profilácticamente y está bien, dijo.
Los tratamientos comúnmente utilizados para la viruela del mono, la vacuna Jynneos de Bavarian Nordic y el medicamento antiviral contra la viruela de Siga Technologies Inc., Tpoxx, pueden usarse para tratar a niños cuando sea necesario, como cuando están en alto riesgo de exposición. En junio, los CDC dijeron que estaban buscando la mejor manera de usar Jynneos en niños expuestos al virus. Los funcionarios de salud también dijeron a los periodistas la semana pasada que estaban aclarando cómo usar Tpoxx en pacientes pediátricos.
Sin embargo, EE.UU. actualmente tiene suministros limitados de Jynneos disponibles para su uso, y los médicos han tenido dificultades para recetar Tpoxx a los pacientes, ya que solo está aprobado para la viruela.
Eso hace que sea especialmente importante que los funcionarios de salud desarrollen un plan sobre lo que debería suceder si las infecciones se propagan rápidamente entre los niños, dijo Varma de Weill Cornell.
“Cualquier situación en la que un niño infectado visite la escuela o la guardería generará un alto nivel de preocupación por parte de los administradores y las familias”, dijo. “Es fundamental que las agencias de salud pública desarrollen protocolos ahora sobre cómo planean investigar tales casos, incluido el rastreo de contactos y las pruebas”.