Los partidarios de Memorial International protestan después de que el Tribunal Municipal de Moscú ordenó el cierre de una sucursal del grupo Memorial, en Moscú el 29 de diciembre de 2021. El martes, la justicia ordenó el cierre de Memorial International, la estructura central que coordina la red de la organización en Rusia, y de sus antenas regionales, aduciendo que no respetaba las obligaciones de su estatuto de “agente extranjero”. (Photo by Alexander NEMENOV / AFP)
Los partidarios de Memorial International protestan después de que el Tribunal Municipal de Moscú ordenó el cierre de una sucursal del grupo Memorial, en Moscú el 29 de diciembre de 2021. El martes, la justicia ordenó el cierre de Memorial International, la estructura central que coordina la red de la organización en Rusia, y de sus antenas regionales, aduciendo que no respetaba las obligaciones de su estatuto de “agente extranjero”. (Photo by Alexander NEMENOV / AFP)

La disolución del Centro de Derechos Humanos de Memorial ordenada por la justicia rusa este miércoles provocó condenas internacionales, un día después de que la Corte Suprema decidiera prohibir la estructura central de esta emblemática organización.

Lamentamos profundamente la decisión de la Corte Suprema de cerrar Memorial International, y del tribunal de Moscú de cerrar a su organización hermana, el Centro de Derechos Humanos”, expresó una vocera de la oficina de Derechos Humanos de la ONU.

Naciones Unidas señaló que las decisiones de la justicia rusa de prohibir a la reconocida ONG”debilita aún más” a la comunidad de defensa de los derechos humanos en Rusia.

Tras estudiar la petición de la fiscalía, el juez Mijail Kazakov ordenó la disolución del Centro de Derechos Humanos de Memorial, que hace campaña contra los abusos de derechos en la Rusia actual y también ha dado testimonio de la historia de las víctimas del estalinismo.

En un mensaje en las redes sociales, la ministra de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, habló del trabajo de la ONG y calificó las medidas de la justicia rusa de “golpe aterrador” para la libertad de expresión.

Por su parte, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) pidió a Rusia que “suspenda” la decisión de disolver Memorial para que la Corte tenga tiempo de examinar la demanda de la ONG, que impugnará la decisión de la justicia rusa.

El martes, la justicia ordenó el cierre de Memorial International, la estructura central que coordina la red de la organización en Rusia, y de sus antenas regionales, aduciendo que no respetaba las obligaciones de su estatuto de “agente extranjero”.

Esta etiqueta, que recuerda a la de “enemigo del pueblo” en tiempos de la Unión Soviética, se reserva para organizaciones con financiación internacional que supuestamente actúan contra los intereses rusos.

La fiscalía acusaba al Centro de Defensa de los Derechos Humanos de Memorial de hacer apología “del terrorismo y del extremismo” y de violar la ley sobre “agentes extranjeros” al no calificarse como tal.

Durante las últimas tres décadas, todas nuestras actividades han ido dirigidas a proteger a los ciudadanos de Rusia y los intereses del Estado ruso”, se defendió ante el tribunal Alexander Sherkasov, director del centro.

“Evento monstruoso”

Expertos y observadores internacionales consideran que las autoridades rusas utilizan las acusaciones de extremismo y terrorismo para castigar a los críticos de Putin.

La fiscalía agregó el martes que Memorial “crea una imagen falsa de la URSS como un estado terrorista y denigra la memoria de la Segunda Guerra Mundial”.

La persecución contra Memorial International, que goza de un gran prestigio en Occidente por su papel de cronista de los abusos en Rusia desde la época soviética, suscitó gran indignación en el extranjero.

El cierre de esta ONG “muestra el miedo del gobierno ruso, que ya no está dispuesto a tolerar un control objetivo y honesto de su comportamiento, tal y como Memorial hacía”, dijo en una declaración en video el director ejecutivo de la ONG Human Rights Watch, Kenneth Roth.

El martes, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, calificó el cierre de Memorial de persecución, mientras que el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, recordó que “las miradas críticas a su pasado son esenciales para el sano desarrollo y progreso de las sociedades”.

Estas acciones judiciales se enmarcan en el clima de creciente de represión contra aquellos percibidos como adversarios del Kremlin.

Fundada en 1989 por disidentes soviéticos, entre ellos el premio Nobel de la Paz Andréi Sájarov, Memorial puso el foco en los crímenes estalinistas y los gulags, y tras la caída de la Unión Soviética se comprometió también con la defensa de los derechos humanos y las minorías en Rusia.

Durante las dos guerras de Chechenia en los años 1990 y 2000 reportó los abusos de las fuerzas rusas y sus aliados locales. En 2009, su responsable en esta región del Cáucaso fue asesinada en un crimen todavía no dilucidado.

Los partidarios de la ONG consideran que el Kremlin quiere suprimir la entidad para silenciar la historia en su estrategia para celebrar el heroísmo de la Unión Soviética frente a los nazis y minimizar las víctimas del estalinismo.

Incluso para los estándares del 2021, el cierre de Memorial es un evento extraordinario. Uno monstruoso”, dijo en un editorial la web de noticias independiente Meduza.

En un comunicado el martes por la noche, Memorial International había anunciado que no pensaba tirar la toalla. “Impugnaremos la decisión de la Corte Suprema de Rusia de todas las formas posibles. Y encontraremos vías legales de continuar nuestro trabajo”, señaló.