El estudio, realizado a partir del análisis de tres hormigas conservadas en ámbar, demuestra que estas hormigas eran sofisticadas comunicadoras químicos, como las de hoy en día (Foto: Pixabay)
El estudio, realizado a partir del análisis de tres hormigas conservadas en ámbar, demuestra que estas hormigas eran sofisticadas comunicadoras químicos, como las de hoy en día (Foto: Pixabay)

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que en el Cretácico, hace cien millones de años, lasya tenían unas estructuras microscópicas de comunicación muy similares a las de sus descendientes y parientes actuales.

El estudio, realizado a partir del análisis de tres hormigas conservadas en ámbar, demuestra que estas hormigas eran sofisticadas comunicadoras químicos, como las de hoy en día.

Los detalles de la investigación -realizada por científicos de las universidades de Hokkaido y Fukuoka , y del Museo Americano de Historia Natural de se han publicado este viernes en la revista Scientific Reports.

LEA TAMBIÉN: Hay al menos 20,000 billones de hormigas en la Tierra, según estudio
LEA TAMBIÉN: Japón construye el primer satélite de madera del mundo

Trabajos anteriores habían documentado grupos de hormigas de la especie extinguida ‘Gerontoformica gracilis’ que habían quedado conservadas unas muy cerca unas de otras, lo que sugería un comportamiento social que, sin embargo, los científicos no podían justificar. El nuevo estudio demuestra que poseían los órganos necesarios para ello.

Comunicación química por feromonas

La mayoría de las hormigas actuales dependen de la comunicación para cazar, defenderse y reproducirse como un nido cohesionado. Para comunicarse, usan las feromonas que detectan los órganos sensoriales de sus antenas, llamados sensilas antenales.

Y aunque las feromonas que utilizaban estas hormigas del Cretácico se han perdido en el tiempo, sus antenas han quedado conservadas en ámbar.

Sin embargo, debido a las propiedades de dispersión de la luz del ámbar, las técnicas de imagen tradicionales no podían captar estas microestructuras.

Para solucionar este problema y poder visualizar estos sistemas de comunicación, Ryo Taniguchi y sus colegas desarrollaron una técnica de imagen innovadora denominada microscopía confocal de barrido láser (CLSM).

Esta técnica invasiva consiste en cortar las antenas y las cabezas de tres hormigas G. gracilis extinguidas, esmerilar y pulir el ámbar circundante hasta un grosor de ~100μm y girar los especímenes para capturar imágenes.

A continuación, compararon los patrones de distribución de los sensilios de las hormigas con los observados en las antenas de seis especies de hormigas actuales de cuatro subfamilias.

El análisis de las imágenes mostró cuatro morfotipos de sensilas salientes en las hormigas extinguidas que también se encontraban en las hormigas actuales. De hecho, las hormigas vivas usan estos cuatro sensilares para detectar feromonas de alarma y determinar molecularmente si una criatura cercana es amiga o enemiga.

Estas estructuras se concentraban en puntos similares de las antenas de todas las especies, tanto extinguidas como actuales, lo que ha permitido a los concluir que las hormigas de hace 100 millones de años, miembros del género de hormigas más antiguo conocido, también eran criaturas sociales.

Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.