El líder de Hamás, Ismail Haniyeh, murió el miércoles en Teherán en un bombardeo imputado a Israel tanto por el movimiento islamista palestino como por Irán, que juraron venganza, lo que atiza el temor de que la guerra en Gaza se propague en Oriente Medio.
El guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, prometió un “duro castigo” a Israel, y afirmó que Teherán considera que es su “deber buscar venganza”.
El nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian, afirmó en un comunicado que “los sionistas pronto verán las consecuencias de su acto terrorista y cobarde”.
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Las políticas de Israel “han llegado a un callejón sin salida”, añadió el mandatario.
Israel declinó hacer comentarios sobre el bombardeo, que se produjo después de que el ejército israelí bombardeara un suburbio de la capital de Líbano el martes y matara al comandante militar de Hezbolá Fuad Shukr.
Las muertes de ambos dirigentes de estos movimientos enfrentados a Israel atizan el temor de que la guerra en Gaza derive en un conflicto más amplio en Oriente Medio.
Hamás libra desde hace más de nueve meses una guerra contra Israel en la Franja de Gaza, un territorio que gobierna desde 2007, desencadenada por el ataque el 7 de octubre de combatientes islamistas en el sur del Estado hebreo.
“El hermano, el líder, el muyahidín Ismail Haniyeh, líder del movimiento, murió en un ataque sionista en su residencia en Teherán después de que participara en la investidura del nuevo presidente” iraní, afirmó en un comunicado el movimiento palestino.
Un miembro de la oficina política de Hamás, Musa Abu Marzuk, aseguró que la muerte de Haniyeh “no quedará impune”.
La Guardia Revolucionaria de Irán indicó que el ataque contra la casa donde se alojaba Haniyeh acabó con su vida y la de uno de sus guardaespaldas.
Haniyeh, de 61 años y que vivía en el exilio entre Turquía y Catar, estaba en Irán para asistir a la ceremonia de investidura de Pezeshkian.
Irán declaró tres días de luto oficial y pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que convoque una reunión de emergencia este miércoles.
El jueves se celebrará una ceremonia funeraria “oficial y pública” en Teherán, antes de trasladar el cuerpo de Haniyeh a la capital de Catar, Doha, donde será enterrado el viernes, indicó Hamás.
Catar pone en duda la mediación
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que los bombardeos en Beirut y Teherán constituyen una “peligrosa escalada en un momento en que todos los esfuerzos deberían llevar a un alto el fuego en Gaza”.
Numerosos países como Turquía, China, Rusia o Catar condenaron la acción y alertaron del riesgo de empeoramiento y extensión del conflicto.
Esto “podría sumir a la región en el caos y socavar las posibilidades de paz”, alertó la cancillería de Catar, donde está instalada la dirección política del grupo palestino y que es un país clave en las negociaciones para el cese el fuego entre Israel y Hamás.
Se sumó a las condenas el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, un rival político de Hamás, que pidió a los palestinos “permanecer unidos, mantener la paciencia y seguir firmes contra la ocupación israelí”.
Haniyeh, era considerado como un político pragmático y mantenía buenas relaciones con las distintas facciones palestinas, incluso sus rivales.
Tras conocerse su muerte, las diferentes facciones convocaron una huelga general y marchas de protesta.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió destruir a Hamás y recuperar a todos los rehenes secuestrados en el ataque del 7 de octubre. La acción de los milicianos de Hamás y otros combatientes islamistas ese día dejó 1,197 muertos en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un balance de AFP basado en datos oficiales israelíes.
Los combatientes islamistas también secuestraron a 251 personas. El ejército estima que 111 siguen cautivas en Gaza, de las que 39 habrían fallecido. En respuesta, Israel lanzó una campaña militar en Gaza que ha matado al menos a 39.445 personas, según el Ministerio de Salud del territorio gobernado por Hamás desde 2007.
Estados Unidos, otro país mediador en los esfuerzos para lograr una tregua, afirmó que Washington no estaba “al corriente” ni “implicado” en la muerte de Haniyeh, declaró el secretario de Estado, Antony Blinken.
Bombardeo contra Hezbolá en Líbano
Haniyeh, originario de una familia que huyó a Gaza cuando se creó el Estado de Israel, se unió a Hamás en el momento de su fundación en 1987, coincidiendo con la primera intifada. Fue primer ministro de la Autoridad Palestina en un gobierno de unidad, antes de la ruptura, y asumió el liderazgo político de la organización en 2017.
Las hostilidades entre los movimientos aliados de Hamás contra Israel se han incrementado desde el estallido de la guerra en Gaza.
El ejército israelí bombardeó el martes un bastión de Hezbolá en el sur de Beirut, causando la muerte del comandante militar de este grupo chiita, Fuad Shukr.
El cadáver de Shukr fue encontrado este miércoles, casi 24 horas después, dijo a AFP una fuente cercana a Hezbolá.
Israel describió a Shukr como la “mano derecha” del jefe del grupo Hasán Nasrallah y responsabiliza a Hezbolá del impacto de un cohete en una cancha de fútbol que mató a 12 menores el sábado en una zona del territorio anexado de los Altos del Golán.
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