El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, enfrentó el martes dos grandes boicots al intervenir en sendos foros internacionales, en un reflejo del aislamiento diplomático de Moscú tras la invasión de Ucrania.
El primer caso ocurrió cuando numerosas delegaciones, incluidas las de Ucrania y los países occidentales, abandonaron la sala en momentos que se transmitía por video el discurso de Lavrov en la Conferencia de Desarme, dejando el sitio casi vacío.
Menos de una hora más tarde ocurrió un nuevo abandono de sala cuando el ministro ruso hablaba por video ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Lavrov tenía previsto viajar a Ginebra para participar en las dos conferencias pero canceló de último minuto invocando las “sanciones antirrusas” que le impiden sobrevolar el territorio de la Unión Europea, lo cual lo obligó a enviar sus intervenciones por video.
En la Conferencia de Desarme, un foro creado en 1979 para frenar la carrera armamentista, los diplomáticos se retiraron la sala al inicios del discurso de Lavrov, constató un periodista de la AFP.
Afuera de la cámara, los diplomáticos se reunieron frente a una gran bandera ucraniana y aplaudieron ruidosamente.
Los aplausos se podían escuchar en la sala donde continuaba el discurso de Lavrov con solo unos pocos embajadores presentes, incluidos los de Venezuela, Siria, Yemen y Túnez.
“Es importante mostrar un gesto de solidaridad con nuestros amigos ucranianos”, declaró Yann Hwang, embajador francés ante la Conferencia de Desarme, instancia multilateral única de la comunidad internacional para las negociaciones en ese sector.
Muestra de apoyo
Algo similar ocurrió cuando comenzó la transmisión del discurso grabado de Lavrov ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Los diplomáticos salieron ordenadamente de la sala mientras pasaba el video del ministro ruso, según un periodista de AFP en el lugar.
“Muchas gracias por esta maravillosa muestra de apoyo a los ucranianos que luchan por su independencia”, declaró la embajadora ucraniana ante la ONU en Ginebra, Yevheniia Filipenko, quien encabezó la salida de la sala.
“Cualquier invasión constituye una violación de los derechos humanos... violaciones masivas y pérdidas de vidas civiles”, expresó el embajador francés Jerome Bonnafont.
Rusia se convirtió en un paria internacional desde el inicio de la invasión a Ucrania la semana pasada, dejando decenas de muertos en las ciudades y obligando a millares de personas a buscar refugio en los países vecinos.
De hecho, la Conferencia de Desarme comenzó con un minuto de silencio por las “víctimas” ucranianas.
“Los ataques indiscriminados rusos contra civiles e infraestructura crítica son crímenes de guerra y violan el Estatuto de Roma”, declaró en la Conferencia de Desarme el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba.
El Estatuto de Roma es el tratado que creó la Corte Penal Internacional.
“La agresión rusa es una amenaza global. La respuesta debe ser global”, afirmó Kuleba.
En tanto, Kiev logro apoyo el lunes para un debate urgente en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU esta semana, el cual buscará iniciar una investigación de alto nivel de las violaciones cometidas en el conflicto, comenzando con la anexión rusa de la península de Crimea en 2014.