Las guerras, los conflictos armados y las invasiones militares son eventos que atraen la atención de millones de personas alrededor del mundo. La hiperconectividad y las redes sociales han cambiado la forma en que las personas acceden la información y cómo influye en su proceso de toma de decisiones.
De acuerdo a Renta4 SAB, este fenómeno se debe tener en cuenta si antes de la apertura del mercado recibimos en nuestro celular una notificación que confirma que Rusia invade por segunda vez Ucrania en menos de una década.
Un conflicto armado es un evento geopolítico de alta repercusión económica para los implicados, ya sea por el aumento del gasto público destinado a la intervención militar, las sanciones económicas que puedan imponerse o la definición de nuevas dinámicas comerciales.
¿Pero cómo afectan los conflictos armados al desempeño al mercado de valores? Para entender el efecto de este tipo de eventos en los valores cotizados en bolsa se debe analizar su comportamiento durante periodos similares en el pasado.
“Si analizamos el comportamiento del índice S&P500 como ‘proxy’ de los mercados de acciones globales al momento de detonar los principales conflictos armados de la última década, observaremos que el impacto real que estos eventos generan en el mercado no es tanto como lo es en nuestro subconsciente”, indicó la empresa en un informe.
Guerras y mercados
El atentado de las Torres Gemelas el 11 de setiembre de 2001 trajo consigo 20 años de intervención norteamericana en Afganistán. Al inicio, un primer shock hizo que el mercado corrigiera un -4.9% en su primera sesión tras los atentados y acumulara una caída del -11.6% antes de iniciar su recuperación, la cual lograría tan solo 18 sesiones.
“No solamente el mercado de acciones demostró su resiliencia ante eventos geopolíticos, sino que en los 20 años que duró la intervención militar la bolsa alcanzó una revalorización de casi un 330%”, apuntó la SAB.
Durante eventos como la Guerra del Golfo, que duró seis meses, tardó ese mismo tiempo en recuperar toda la pérdida, y su caída máxima fue de 15.9%. Por su parte, la Guerra de Corea toma de tres años de conflicto y emplea menos de la mitad de tiempo que la del Golfo en recuperar las pérdidas, donde su caída máxima fue del 12.9%.
Este desempeño del mercado se explica porque en la bolsa encontramos empresas cuyos ingresos difícilmente se van a ver comprometidos por el desarrollo de un conflicto armado en una región del mundo en la que no tienen actividad comercial.
Sin bien es cierto que el “ruido de mercado” puede traer algo de volatilidad en el corto plazo, no hay que esperar mucho para ver como los precios de las acciones vuelven a la normalidad, y luego se trata de aprovechar estas ineficiencias de mercado para tomar posiciones a precios atractivos y “las rebajas”.
“Una vez analizado el impacto que podría tener el conflicto de Ucrania en la bolsa de EE.UU. cabe preguntarse la misma conclusión puede aplicarse para otras bolsas como la peruana. Salvando algunas distancias como la liquidez y la concentración de emisores en sus respectivos índices la lógica a aplicar sería la misma”, explicó.
Sin embargo, un punto a tomar en cuenta es el comportamiento de China, principal importador metales peruanos como el cobre. Hasta ahora ha evitado posicionarse en el conflicto y ha optado por una postura neutral evitando así el riesgo de posibles sanciones económicas por parte de EE.UU. De mantenerse, esta postura no generaría implicancias directas en otras economías como la peruana.
Desde el lado norteamericano, lo idóneo para EE.UU. en estos momentos es un escenario de no intervención ya que se encuentra en una coyuntura de inflación descontrolada –récord de los últimos 40 años–, y a puertas de cambiar el rumbo de su política monetaria para tratar de controlarla, un contexto que no invita a pensar en financiar una campaña militar a medida que se encarece el coste de su deuda.
Tipo de cambio
¿Por último, cómo se está comportando el dólar y cómo afectaría al sol peruano a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania?
La escalada de tensiones durante las últimas semanas ha afectado a los mercados de divisas. Usualmente, el dólar norteamericano y el yen japonés son las monedas que históricamente han actuado como refugio en tiempos de incertidumbre y alta volatilidad, momento en el que la rentabilidad del bono del tesoro norteamericano a 10 años y dólar tienen a aumentar su correlación.
Este movimiento indica que muchos inversores han optado por evitar la volatilidad y migrar hacia activos como el dólar o los bonos del tesoro americano, en lugar de la deuda y moneda europeas que actualmente tienen una exposición directa al desempeño del conflicto armado de Ucrania. Naturalmente la aversión a la volatilidad y el riesgo hacen que el dólar se vea fortalecido, dejando expuestas a monedas de países emergentes como el sol peruano.