Las tres grandes compañías de cruceros, Carnival Cruise Line, Royal Caribbean y Norwegian Cruise Line (NCL), tendrán este junio todos sus barcos navegando, en un nuevo síntoma de que este sector turístico prosigue en su recuperación tras el duro golpe sufrido por la pandemia del coronavirus.
Según la edición de junio del Informe de Cruceros en Servicio, que elabora Noticias de la Industria del Crucero, en junio habrá 365 barcos en operación, por los 350 de mayo pasado.
En total serán 83 las empresas y 365 los barcos de crucero en operación, con más de 575,000 camas disponibles, 25,000 unidades más que en el pasado mes.
Eso se debe a que las firmas MSC y Costa vuelven a poner en servicio dos de sus barcos, mientras que Princess Cruises recupera otro e inaugura uno más en Australia.
Así, MSC tendrá en total 19 barcos y 63,000 camas disponibles, mientras que Royal Caribbean, Carnival y NCL podrán presumir de que podrán ofrecer sus 26, 23 y 17 buques, respectivamente.
Las cifras suponen una notable mejoría con respecto a las de junio de 2021, cuando solo 28 marcas y 74 barcos salieron a navegar, con 85,262 camas en servicio, destacó Noticias de la Industria del Crucero.
El sector de los cruceros, que en el 2019, antes de la debacle pandémica, dio trabajo a 1.2 millones de personas y contribuyó con US$ 155,000 millones a la economía global, fue uno de los más castigados por las restricciones de movimiento impuestas a raíz del COVID-19.
En el 2020, el último año sobre que el que se tienen datos, el número de pasajeros embarcados en todo el mundo fue de 5.8 millones, un 81% menos que en el 2019 y los puestos de trabajo sustentados en el sector totalizaron 576,000 (un 51% menos), según datos de la Asociación de Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA).
El pasado 30 de marzo los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos retiró su advertencia a los ciudadanos sobre el riesgo de contraer el COVID-19 a bordo de cruceros.
En el 2020 los CDC llegaron a emitir una orden prohibiendo navegar a los cruceros con salida de puertos de Estados Unidos que estuvo en vigor durante 15 meses y repercutió enormemente en el Caribe y países de América Latina y se tradujo en pérdidas millonarias para las compañías.