Servicios de emergencia en asistencia el 25 de enero de 2003 fuera de la estación de metro de la línea central de Chancery Lane de Londres después de un accidente que causó heridas leves a alrededor de 32 pasajeros. (Foto de MARTIN HAYHOW / AFP)
Servicios de emergencia en asistencia el 25 de enero de 2003 fuera de la estación de metro de la línea central de Chancery Lane de Londres después de un accidente que causó heridas leves a alrededor de 32 pasajeros. (Foto de MARTIN HAYHOW / AFP)

Miles de trabajadores de ambulancias en comenzaron el miércoles una jornada de huelga, mientras sindicatos y gobierno se acusaban mutuamente de poner vidas en peligro.

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El gobierno recomendó a la gente que evitara los deportes de contacto, los desplazamientos innecesarios en auto o las borracheras para reducir el riesgo de que necesitaran asistencia durante la mayor huelga en tres décadas de paramédicos, telefonistas y técnicos de ambulancias en Inglaterra y Gales.

Tres sindicatos de ambulancias convocaron huelgas de 12 o de 24 horas. Los sindicatos prometieron responder a los avisos donde hubiera vidas en peligro, pero las autoridades dijeron que no podían garantizar que todo el que necesitara una ambulancia pudiera conseguirla.

“El sistema se verá bajo una enorme presión hoy”, dijo el secretario de Salud, Steve Barclay, a Sky News. “Le decimos a la población que utilice su sentido común en términos de qué actividades hace, sean conscientes de esas presiones sobre el sistema”.

Stephen Powis, director médico nacional de salud del Servicio Nacional de Salud en Inglaterra, recomendó a la gente que no acabara “borracha perdida”.

“Es temporada de fiestas, antes de Navidad, de modo que disfruten pero obviamente no beban tanto que terminan con una visita innecesaria” a una sala de urgencias hospitalarias, señaló.

El personal de salud y otros trabajadores del sector público han pedido grandes aumentos salariales ante una inflación que ha batido récords de varias décadas y se mantenía en el 10,7% en noviembre.

El gobierno del primer ministro conservador afirma que subir los salarios del sector público en dos dígitos impulsaría aún más la inflación.

Los líderes sindicales acusaron al gobierno de alargar las huelgas de forma deliberada.

“Nunca he visto semejante abandono del liderazgo como he visto de Rishi Sunak y el secretario de Salud”, afirmó Sharon Graham, líder del sindicato Unite que representa a algunos trabajadores de ambulancias.

“Este gobierno puede tomar decisiones diferentes”, afirmó durante una visita a un piquete en el centro de Inglaterra. “Pueden decir ‘en realidad elegimos invertir en la gente del (servicio de salud’. Pero buscan otras opciones, porque no quieren que esto termine. Creo que quieren que esta crisis exista”.

También las enfermeras han celebrado dos días de huelgas este mes, lo que aumenta la presión sobre un sistema de salud ya sobrecargado por una creciente demanda tras el levantamiento de las restricciones de la pandemia, así como por la falta de personal por agotamiento y el Brexit, que ha hecho más difícil que los europeos trabajen en Gran Bretaña.

Las estadísticas oficiales señalaban que en muchos lugares, las ambulancias se quedan bloqueadas de forma habitual ante las unidades de urgencias de los hospitales, en ocasiones durante horas, porque no hay camas para los pacientes.

“Muchas veces me meto en la ambulancia y la primera tarea del día es bajar al hospital, relevar al equipo de día o de noche, y luego me paso todo el turno delante del hospital”, explicó Harry Maskers, técnico de emergencias médicas de Cardiff, Gales.

“Creo que si no actúo, este patrón continuará”.

Los trabajadores de ambulancias tenían previsto volver a hacer huelga el 28 de diciembre. Trabajadores ferroviarios, agentes de pasaportes y empleados postales también convocaron paros durante las navidades. La oleada de huelgas más intensa de Gran Bretaña en décadas respondía a una crisis de coste de la vida impulsada por los precios disparados de la comida y la energía tras la pandemia del COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania.

El gobierno apostaba a que la opinión pública se volviera contra los huelguistas cuando la población en todo el país enfrentara aplazamientos en sus citas hospitalarias, cancelaciones de trenes y demoras en sus viajes durante las navidades. Sin embargo, los sondeos de opinión mostraban un alto nivel de apoyo a los trabajadores.

Fuente: AP

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