El peso del gasto en sanidad en los países de la OCDE va a seguir creciendo, como ocurre desde hace décadas y, si a esa tendencia se añaden las lecciones de la crisis de la covid para hacer el sistema más resistente, se llegará al 11.2% del producto bruto interno (PBI) en 2040.
Esa es la proyección de los expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en un informe publicado este jueves recuerdan que en 2019, el año anterior al estallido de la covid, suponía un 9% del PBI y un 7% en 2000.
Los autores del estudio señalan que análisis previos han estimado que de media habría que dedicar un 1.4% más de PBI para preparar el sistema sanitario a futuros choques, a la vista de la experiencia de lo ocurrido con el coronavirus.
LEA TAMBIÉN: Países de la OCDE mantienen crecimiento del 0.5 % del PBI en el tercer trimestre
La combinación de esa adaptación con el incremento del gasto sanitario que se ha constatado en los últimos años, por el aumento de los ingresos de la población, la innovación tecnológica y el envejecimiento, conduce al 11.2% del PBI de media en 2040.
Para hacer esa futura realidad sostenible desde el punto de vista fiscal, la OCDE considera que hace falta una “acción urgente”, y explora en particular cuatro opciones.
Se trata de incrementar el gasto público para dedicarlo a la sanidad; aumentar el peso de la sanidad en los presupuestos actuales; aumentar la cuota de la contribución privada en detrimento de la pública y buscar una mayor eficiencia en el gasto.
Sobre esta última, los expertos cifran un potencial de ahorro del equivalente de 1.2 puntos porcentuales del PBI, lo que permitiría limitar el gasto sanitario total al 10.6% en 2040.
Para ello, habría que incitar a mejorar la salud de la población, con medidas como la medicina preventiva, y promocionar políticas que eliminen las partidas que son ineficientes y que la misma OCDE ha identificado en el pasado.
LEA TAMBIÉN: El COVID persistente es real, revela creciente evidencia