Los franceses comenzaron a manifestarse de nuevo este jueves contra la impopular reforma de pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron, en un último intento para hacer presión un día antes de la decisión determinante del Consejo Constitucional.
“Queremos presionarles, aunque sabemos que el Consejo Constitucional no irá en nuestro favor”, dijo Hervé Bordereau, de 57 años, durante el bloqueo de una planta incineradora cerca de París.
Tras registrar protestas en la mañana, las autoridades prohibieron cualquier manifestación ante la sede de la institución cerca del museo del Louvre a partir del jueves por la noche.
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Los sindicatos y una mayoría de los franceses, según los sondeos, quieren que el gobierno dé marcha atrás a retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y a adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa.
Pero Macron se niega. “El país debe seguir avanzando”, dijo el miércoles desde Ámsterdam, donde anunció que propondrá una reunión a los actores sociales para ver cómo “seguir adelante” independientemente de la decisión del Consejo Constitucional.
Sin embargo, la tarea no se anuncia fácil. El conflicto social se encuentra enquistado y la relación se tensó en las últimas semanas con los líderes sindicales, sobre todo con el moderado Laurent Berger, de Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT).
Más allá de la reforma que quiere ver en vigor en los próximos meses, el mandatario de 45 años se juega poder aplicar su programa durante su segundo mandato hasta 2027.
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Símbolo de la importancia que le otorga, Macron decidió el 16 de marzo imponer por decreto su reforma, ante el temor de perder la votación en el Parlamento donde carece de mayoría absoluta, lo que provocó una radicalización de las protestas.
Aunque la movilización llegó a contar el 7 de marzo con entre 1,28 millones de manifestantes, según la policía, y 3.5 millones, para el sindicato CGT, las autoridades esperan entre 400,000 y 600,000 este jueves, en la duodécima jornada.
La huelga en sectores clave como el transporte y la energía también tiene un alcance menor, si bien los basureros de París prevén retomar su paro, después que uno anterior de tres semanas dejara hasta 10,000 toneladas de basura acumuladas en las calles.
Liceos y universidades de Francia amanecieron este jueves con bloqueos y los accesos por carretera a varias ciudades del oeste como Caen, Brest y Rennes registraron perturbaciones de manifestantes.
A la espera de los “sabios”
Los sindicatos advirtieron que el conflicto social abierto con la reforma de las pensiones provocó una “crisis democrática” y benefició a la ultraderechista Marine Le Pen, que con su oposición silenciosa sube en los sondeos.
En este contexto, los nueve “sabios” del Constitucional deben el viernes por la tarde pronunciarse sobre la validez de la reforma y sobre un pedido de referendo sobre la edad de jubilación solicitado por la oposición de izquierda.
Los observadores consideran poco probable una anulación total de la reforma y abogan más bien porque se anulen partes de la misma que, dependiendo de cuáles y de su alcance, podrían reforzar el reclamo de los sindicatos de una retirada de la ley.
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El visto bueno al referendo podría reconducir la movilización, ya que su primer reto sería recabar las 4.87 millones de firmas necesarias para su celebración, aunque la líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sophie Binet, indicó este jueves que las manifestaciones continuarán.
Entre las hipótesis estudiadas por los sindicatos tras la decisión del Consejo Constitucional figuran manifestaciones para el 1º de mayo, con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, e incluso la convocatoria de una marcha gigante en París.
“Habrá que esperar que pasa mañana”, indicó a la AFP Philippe Simon, un sindicalista de Unión Nacional de Sindicatos Autónomos (UNSA) de 56 años, durante un bloqueo a la entrada de un parque logístico de Rennes, y quien se dijo dispuesto “a ir a París” a manifestar.
Francia es uno de los países europeos donde la edad de jubilación es más baja, sin que los regímenes sean completamente comparables. El gobierno asegura que su reforma busca evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones.
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