Las negociaciones que abrieron la puerta a la firma del acuerdo finalizaron en junio del 2019 en materia comercial y el pasado junio en cuestión de diálogo político y cooperación. (Foto: JOHN THYS / POOL / AFP).
Las negociaciones que abrieron la puerta a la firma del acuerdo finalizaron en junio del 2019 en materia comercial y el pasado junio en cuestión de diálogo político y cooperación. (Foto: JOHN THYS / POOL / AFP).

Francia, el país de la Unión Europea (UE) más crítico con el proyecto de acuerdo de asociación con el , reiteró su rechazo al pacto por motivos medioambientales y exigió a esos países sudamericanos más protección a la Amazonía y mayor compromiso con el Acuerdo de París sobre el clima.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ya había amenazado con vetarlo en agosto del 2019 y la comisión independiente de expertos al que su Gobierno encargó un informe para analizar su impacto respaldó su postura.

“El nivel de ambición de ese proyecto de acuerdo es insuficiente como herramienta para que nuestros socios comerciales asuman mejor el problema climático y la protección de la biodiversidad, principalmente a través del respeto del Acuerdo de París”, indicó el comunicado difundido por el Ejecutivo galo.

Las negociaciones que abrieron la puerta a la firma de ese acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay finalizaron en junio del 2019 en materia comercial y el pasado junio en cuestión de diálogo político y cooperación.

Sus cifras están a la altura de la importancia de ese pacto: 20 años de discusiones, un mercado que engloba a casi 800 millones de personas y un comercio de bienes entre ambas partes que según la Comisión Europea se eleva a más de 80,000 millones de euros (unos US$ 94,400 millones) anuales.

Pero ya en agosto del año pasado, al margen de la cumbre del G7 en la localidad vascofrancesa de Biarritz, Macron había dejado claro que su país no podía respaldar el proyecto de asociación porque las políticas públicas de esos países iban “claramente en contra” del acuerdo climático de París.

La Amazonía y la disputa Macron-Bolsonaro

El agravamiento de la de la Amazonía y los desencuentros al respecto entre Macron y su homólogo brasileño, Jair , acabaron de tensar la relación y de asentar las dudas francesas.

En ese contexto, según indicó este viernes el Ejecutivo francés en un comunicado, las autoridades galas pidieron el pasado verano a una comisión de expertos independientes que evaluaran el impacto de sus disposiciones sobre el desarrollo sostenible, las emisiones de gases con efecto invernadero o la biodiversidad.

Tras ver respaldada en ese informe su postura, Francia considera que ha llegado el momento de hallar las respuestas que deben aportarse a las preocupaciones medioambientales, en concreto en lo relativo a la deforestación.

Una concertación que el país quiere hacer en un primer momento con el resto de socios europeos y la Comisión Europea, y después con los integrantes del Mercosur.

Este miércoles una treintena de ONG había pedido a Macron que “entierre definitivamente” el acuerdo de asociación por su efecto “desastroso” sobre el clima, los bosques y los derechos humanos.

Las exigencias medioambientales francesas

Francia pidió que el acuerdo no conlleve una mayor deforestación, que las políticas de los países del Mercosur sean conformes con el Acuerdo de París y que los productos agroalimentarios importados que se benefician de un acceso preferencial al bloque comunitario respeten las normas sanitarias y medioambientales europeas.

“De ello depende la coherencia de los compromisos climáticos y medioambientales de Francia y de la UE y la plena adecuación de la política comercial europea con los objetivos del Pacto Verde presentado por la Comisión Europea en diciembre del 2019”, dijo su comunicado.

Los países del Mercosur son importantes productores de cereales, soja y carne de vacuno, sectores en los que Francia tiene también una importante posición.

El Ejecutivo galo subrayó que antes de contemplar “toda reanudación del proceso hacia un acuerdo” entre la UE y el Mercosur deben tenerse en cuenta sus advertencias de cara a la elaboración de propuestas concretas.

“El Gobierno intensificará su movilización contribuyendo activamente a la revisión de la estrategia de política comercial de la Unión Europea”, concluyó su comunicado.

Estas exigencias francesas no esconden su interés por llegar a implementar un acuerdo con Mercosur: según cifras gubernamentales francesas, las exportaciones galas al Mercosur representan cada año unos 6,000 millones de euros en bienes y 3,000 millones en servicios.

El Gobierno francés espera que, una vez el acuerdo pueda entrar en vigor, aumenten sus exportaciones de productos agrícolas e industriales, como lácteos, , autos, medicamentos y químicos.