París. La tensión entre sindicatos y el gobierno francés se mantiene. Ya se han programado nuevas manifestaciones para el martes y aún sigue en pie la posibilidad que las huelgas paralicen esta ciudad en Navidad.
Hace 12 días empezó este de transportes en protesta contra una reforma del sistema de pensiones dada por el gobierno de Emmanuel Macron y hasta el momento parece no haber una solución a la vista.
Este lunes, en ciudades como París, la inmensa mayoría de los transportes públicos seguían paralizados y los pocos que funcionaban estaban abarrotados. Peatones, ciclistas, gente en monopatín y automovilistas intentaban sobrevivir al caos y a la lluvia incesante y llegar a tiempo a sus lugares de trabajo y estudio.
Pero la exasperación y el cansancio comienzan a notarse cada vez más. “Hasta ahora he estado trabajando desde casa o usando mi vehículo”, dijo François a la AFP en una estación de trenes. “Pero el coche ya no es una opción, por el costo, pero también porque es agotador”, añadió este hombre que debe atravesar casi todo París para ir a trabajar.
Los accesos a la capital estaban colapsados con más de 600 kilómetros de atascos registrados a primera hora del lunes, casi el doble de la media normal.
El martes, los sindicatos franceses intentarán intensificar la presión en las calles con una nueva jornada de manifestaciones --la tercera en menos de quince días --, en la que esperan reunir en las calles a cientos de miles de personas.
El objetivo es mostrar que la opinión pública está mayoritariamente en contra del proyecto del presidente Emmanuel Macron y obligar al gobierno a retirar totalmente esta controvertida reforma.
El gobierno francés desea unificar los 42 regímenes de pensiones existentes en el país en un sistema único por puntos y atrasar la edad de jubilación para recibir una pensión completa.
¿'Tregua' por Navidad?
Los franceses temen que la huelga prosiga durante las fiestas de Navidad, una época en la que los desplazamientos aumentan y los comercios realizan sus mayores beneficios en el año.
“El gobierno comete un grave error en materia de justicia social y un profundo error político si persiste”, declaró el lunes el secretario general del sindicato CFDT, Laurent Berger
Este sindicato, en principio favorable a una reforma, estima que el gobierno "atravesó una línea roja" al fijar los 64 años como "edad de equilibrio" para jubilarse, frente a los 62 actuales.
Pese a todo, Berger pidió que haya "una tregua" en la huelga de los transportes por Navidad. Su alter ego en otro sindicato francés, la CGT, Philippe Martinez, ya advirtió de que esa posibilidad no se contempla.
“Si el gobierno retira su proyecto y hablamos seriamente sobre cómo mejorar el sistema (...) todo irá bien”, dijo Martinez, cuyo sindicato es mayoritario entre los ferroviarios.
“Es legítimo hacer huelga, pero se pueden respetar fechas como las vacaciones de final de año en las que todos quieren estar en familia”, consideró el lunes la ministra de Transición Ecológica, Elisabeth Borne. Sería “irresponsable” “arruinar las vacaciones de los franceses”, añadió.
‘Vamos a intentar hacer milagros’
Los directivos de la compañía nacional de ferrocarriles (SNCF), que conecta gran parte de Francia y el extranjero --incluyendo España-- preparan un "plan B" en caso de que la huelga continúe durante las fiestas.
La empresa debe comunicar el martes a los viajeros con billetes comprados si podrán tomar sus trenes el próximo fin de semana, en el inicio de las vacaciones escolares.
Vamos a "intentar hacer milagros" dijo la directora general de Viajes de la SNCF, Rachel Picard. No obstante, como alrededor de los 70% de los trabajadores ferroviarios apoyan la huelga, más de la mitad de los usuarios con billetes comprados no podrán viajar.
Las encuestas de la semana pasada afirmaban que la mitad de los franceses apoyaba esta huelga. Un sondeo publicado el lunes apunta sin embargo que la confianza de los franceses en Macron y su primer ministro, Edouard Philippe, aumentó en 2 y 4 puntos, respectivamente, en el último mes.