Francia eliminará desde el próximo día 14 la obligatoriedad de la mascarilla en lugares cerrados y el certificado de vacunación contra el COVID para acceder a muchos servicios y lugares públicos, anunció este jueves el primer ministro, Jean Castex.
En una entrevista a la televisión TF1, el jefe del Gobierno indicó que la mascarilla seguirá siendo obligatoria en los transportes públicos, donde hay una mayor proximidad entre las personas.
Desde principios de febrero no es obligatoria en exteriores, salvo en aquellos lugares donde no sea posible mantener una distancia de seguridad, pero se mantenía en interiores.
El pasado lunes se eliminó su obligatoriedad en aquellos lugares cerrados en los que se exija para su ingreso el pase vacunal, lo que limitaba su uso a transportes públicos, comercios y grandes superficies, templos religiosos, hospitales y residencias de la tercera edad, además de en las empresas.
Castex precisó, además, que el certificado de vacunación seguirá siendo obligatorio para acceder a establecimientos sanitarios, las residencias de la tercera edad y lugares que acogen a personas particularmente frágiles.
El primer ministro indicó que esta relajación de las restricciones responde a la mejora de la situación sanitaria, con una caída en picado de la incidencia de la pandemia, tras haber registrado máximos a finales de año y en el mes de enero a causa de la variante ómicron.
El ministro de Sanidad, Olivier Véran, aseguró que estas medidas podrían ser levantadas cuando los hospitales del país tuvieran menos de 1,500 pacientes en cuidados intensivos. En la actualidad hay 2,329.
Además, Véran eñaló que la tasa de incidencia debía estar por debajo de 500 (ahora es de 584) y la tasa de reproducción fuera inferior a 1 (ahora es del 0.63).
Aunque no se dan todos esos criterios, el ritmo de descenso, con una caída de la incidencia del 30% en una semana, permite al Ejecutivo ser optimista en la fecha fijada.