El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que, aunque la economía china continúa con su recuperación tras el impacto de la pandemia del COVID-19, la “inercia se está ralentizando”.
Tras una ronda de consultas virtual con las autoridades chinas, el primer subdirector gerente de la institución, Geoffrey Okamoto, atribuyó esta ralentización a la “rápida retirada” de las políticas de apoyo y a los problemas que las medidas antiCOVID del Gobierno chino plantean a la recuperación del consumo.
China ha hecho de la política de “tolerancia cero” contra el COVID-19 uno de sus orgullos, y responde con test masivos e incluso confinamientos de ciudades enteras ante los rebrotes, por pequeños que sean.
Okamoto también citó el impacto de las medidas contra el apalancamiento en el sector inmobiliario, la escasez de energía que se tradujo en políticas de racionamiento en importantes polos industriales del país desde mediados de septiembre, o la “incertidumbre política” generada por la campaña para regular el sector tecnológico.
Todo esto se traduce en una “acumulación” de riesgos para la economía china, para la que el FMI proyecta una tasa de crecimiento de 8% en el 2020 y de 5.6% en el 2022.
Más a largo plazo, el FMI ve posibles problemas en factores como la caída del crecimiento de la productividad, las “crecientes presiones de desacople” con otras potencias económicas como la estadounidense o la reducción de la mano de obra por el envejecimiento de la población.
Para que las autoridades logren sus objetivos de conseguir un “crecimiento de alta calidad”, Okamoto recomendó políticas fiscales que refuercen la protección social y promuevan la inversión “verde” en lugar de, como viene siendo habitual desde hace años, en infraestructuras.
Asimismo, el representante de la institución aseguró que la estabilidad deberá garantizarse afrontando “de forma clara y coordinada” los riesgos financieros, y pidió profundizar en medidas “clave” como la apertura de los mercados nacionales, la reforma de las empresas estatales o la garantía de que las compañías privadas puedan competir en igualdad de condiciones.
Según los datos oficiales, el PBI de China se ralentizó en el tercer trimestre, al crecer un 4.9% tras los avances de 18.3% y 7.9% registrados en los dos primeros cuartos del 2021.