Es posible que “carbón” sea la palabra más sucia en cuanto a política climática en la antesala de la cumbre COP26 de las Naciones Unidas, pero eso no significa que su financiamiento se haya acabado.
Se comprometieron US$ 42,000 millones para financiar centrales eléctricas a carbón entre el 2013 y 2019 en 18 países con el mayor porcentaje de población sin electricidad, según un informe de los grupos Energía Sostenible para Todos e Iniciativa de Política Climática. Bangladesh, India y Pakistán recibieron la mayor parte de la inversión.
El informe destaca que, si bien se están desechando rápidamente los planes para centrales eléctricas a carbón en todo el mundo, todavía hay respaldo en algunos países menos desarrollados. Esta semana, el grupo de expertos climáticos E3G señaló que la cartera mundial de nuevas estaciones a carbón había disminuido casi 70% desde el 2015.
La eliminación gradual del carbón se considera una prioridad clave para las conversaciones sobre el clima en Glasgow dentro de seis semanas.
“La inversión en nuevas centrales eléctricas a carbón persiste a nivel mundial a pesar de estar desalineada con una economía con cero emisiones netas y pese a los menores costos de las tecnologías de energía renovable”, dijeron los autores del informe.
Las instituciones financieras en China son responsables del 40% de la financiación al carbón en los países de altos ingresos. A nivel mundial, instituciones privadas con sede en Estados Unidos que no cotizan en bolsa financian la mayor parte de la inversión en la industria, según el informe.
Las nuevas plantas a carbón corren el riesgo de convertirse en activos en desuso –aquellos que se retiran antes de completar su propio pago– dadas las limitaciones de infraestructura y una demanda menor a la esperada, según el informe.
En África, Madagascar, Mozambique, Malawi, Níger y Tanzania albergan desarrollos activos de plantas a carbón, según el informe.