La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtieron de que existe el riesgo de que haya una crisis alimentaria generalizada, ya que el hambre amenaza la estabilidad en decenas de países.
Ambas organizaciones de Naciones Unidas con sede en Roma advirtieron, en un informe publicado este lunes, de “las múltiples crisis alimentarias que se avecinan, impulsadas por los conflictos, las perturbaciones climáticas, las consecuencias de la pandemia del COVID-19 y la enorme carga de la deuda pública, agravada por los efectos de la guerra en Ucrania, que ha hecho que los precios de los alimentos y el combustible se aceleren en muchos países del mundo”.
En el documento, la FAO y el PMA pidieron una acción humanitaria urgente en 20 “puntos calientes del hambre”, en los que la situación puede empeorar “entre junio y setiembre del 2022″, y dijeron que es fundamental “salvar vidas y medios de subsistencia, y evitar la hambruna”.
La guerra en Ucrania desatada por Rusia el 24 de febrero “ha exacerbado el ya constante aumento de los precios de los alimentos y la energía en todo el mundo, que ya está afectando a la estabilidad económica en todas las regiones”.
El director general de la FAO, QU Dongyu, dijo estar “profundamente preocupado por el impacto combinado de las crisis superpuestas que ponen en peligro la capacidad de las personas para producir y acceder a los alimentos, empujando a millones más a niveles extremos de inseguridad alimentaria aguda”.
Por su parte, el director ejecutivo del PMA, David Beasley, aseguró que el mundo se enfrenta “a una tormenta perfecta que no sólo va a perjudicar a los más pobres entre los pobres, sino que también va a abrumar a millones de familias que hasta ahora apenas han podido mantenerse a flote”.
“Las condiciones ahora son mucho peores que durante la Primavera Árabe del 2011 y la crisis de los precios de los alimentos del 2007-2008, cuando 48 países se vieron sacudidos por disturbios políticos, revueltas y protestas”, añadió.
El informe reclama que las sequías, las inundaciones, los huracanes y los ciclones diezman repetidamente la agricultura y la ganadería, provocan desplazamientos de población y llevan a millones de personas al borde del abismo en países de todo el mundo.
La FAO y el PMA también creen que “las preocupantes tendencias climáticas vinculadas a La Niña desde finales del 2020″ continuarán “hasta el 2022, aumentando las necesidades humanitarias y el hambre aguda”.
Además, apuntan a que “una sequía sin precedentes en África Oriental, que afecta a Somalia, Etiopía y Kenia, está dando lugar a una cuarta temporada consecutiva de lluvias por debajo de la media, mientras que Sudán del Sur se enfrentará a su cuarto año consecutivo de inundaciones a gran escala”.
Y países como la República Democrática del Congo, Haití, el Sahel, Sudán y Siria siguen siendo “motivo de gran preocupación” con el deterioro de las condiciones críticas.