Candidato socialista en las elecciones presidenciales de 2017 y presidente de una ONG prorrefugiados, Benoît Hamon, es hoy uno de los líderes de la sociedad civil opuestos la ley de la inmigración en Francia, que considera social y económicamente contraproducente para el país.
“Cada vez que se quiere frenar la inmigración legal, se fomenta la ilegal. Es mejor poner nuestra energía en acoger a los que llegan, antes que en poner muros, que además no impiden a la gente venir”, dijo Hamon a EFE desde la Asamblea regional de Ile de France, de la que es consejero regional por el movimiento que fundó, Génération.s.
Hamon, actual presidente de la ONG prorrefugiados Singa Global, aseguró que la acogida de cinco millones de ucranianos en Europa en 2022 puede servir de ejemplo para los que proceden de África, continente que sufrirá especialmente los efectos del cambio climático y que duplicará su población hasta 2050.
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“¿Hay ucranianos durmiendo al raso en España?, no; ¿hay sudaneses, eritreos o sirios?, sí, por supuesto, igual que en Francia”, incidió, recordando una directiva europea de 2001 que da la posibilidad de dar a extranjeros un permiso de trabajo y un alojamiento.
“Las guerras, el calentamiento global y la pobreza son más fuertes que todas las barreras que podamos poner”, agregó, al tiempo que citó un estudio de varias ONG que asegura que los 40.000 kilómetros de muros transfronterizos construidos en los últimos 30 años no han frenado los movimientos migratorios, que “forman parte de la humanidad”.
La nueva ley de la inmigración votada el martes en la Asamblea Nacional, con los votos de buena parte del macronismo, de la derecha conservadora y de la ultraderecha, contempla una serie de medidas que, para la izquierda y las ONG, son discriminatorias con los inmigrantes, como la restricción de ciertas ayudas sociales.
La norma, que aún debe pasar el examen de los jueces del Constitucional, pero que tiene una alta aceptación social, según las encuestas, pretende frenar la llegada de estudiantes de fuera de la Unión Europea (UE), imponiendo el pago de una fianza. Para los impulsores de esta ley, el visado estudiantil abre la puerta a una inmigración por la puerta trasera.
“Hoy en día Francia no atrae, los datos que tenemos de nuestra ONG en Bélgica, Alemania, Suiza, España, nos dicen que la gente no quiere venir, porque hay mucha xenofobia, islamofobia”, sustentó Hamon, quien consideró que los que vienen lo hacen porque ya tienen familiares o para trabajar en la construcción u hostelería.
Los inmigrantes aportan más de lo que cuestan
El director de Singa negó pecar de “ingenuidad” respecto a la inmigración y recordó que organismos internacionales como la OCDE sustentan que los extranjeros aportan más, vía cotizaciones, que lo que cuestan al Estado por el uso de los servicios sociales.
“¿Por qué no escuchamos decir que el 8% por ciento de inmigrantes crean en Francia el 15% de empresas?”, se indignó.
Hamon también refutó el argumento de la derecha de que los inmigrantes vienen a Francia por su generoso sistema de ayudas, y relacionó las altas cifras de delincuencia entre este grupo a su situación “precaria e irregular” y “a la severidad de los tribunales” con ellos.
“¿Crees que una persona que ha atravesado el Mediterráneo arriesgando su vida lo va a hacer para que le reembolsen los medicamentos? Si Francia es tan generosa ¿por qué hay tantas personas en Calais esperando cruzar a Inglaterra?”, insistió.
Para Hamon, que ha pasado un cuarto de siglo en primera línea política (fue ministro de Educación en un gobierno de François Hollande), el problema radica en que los que han aprobado esta ley creen que así “se va a calmar su odio”. “Sin embargo, nada podrá suavizarlo, querrán cada vez leyes más duras”.
El candidato presidencial socialista de 2017, quien obtuvo uno de los peores resultados del partido con un 6% de votos, tildó de “indigna” la posición del presidente de la República, Emmanuel Macron.
“Tenemos a un presidente que dice que está para proteger a los franceses de la extrema derecha y luego adopta ese mismo programa”, resumió.
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