Los países de la eurozona se mostraron favorables a mantener suspendidas también en el 2023 las reglas fiscales para hacer frente a la invasión rusa a Ucrania, aunque Alemania y Países Bajos advirtieron de que aún en ese escenario deberá continuar la reducción de la deuda y el déficit.
Los ministros de Economía y Finanzas de los Diecinueve (el Eurogrupo) debatieron este lunes la propuesta presentada por la Comisión Europea (CE) horas antes, que busca facilitar que los Gobiernos respondan con medidas presupuestarias ante un conflicto que ralentizará el crecimiento económico y disparará la inflación.
El presidente de este foro, Paschal Donohe, subrayó que la propuesta de la CE es “importante” puesto que la política fiscal necesita “suficiente flexibilidad” para responder a una situación de “exacerbada incertidumbre”, pero aseguró que la decisión “no cambia” el objetivo de la eurozona de pasar de una expansión fiscal este año a una posición neutra el próximo.
“Hay un amplio acuerdo entre los ministros de que tenemos que seguir luchando para que nuestra política presupuestaria y decisiones sean lo más sostenibles posibles en este entorno incierto”, manifestó.
Alemania y Países Bajos fueron quienes más insistieron en esta sostenibilidad a su llegada al encuentro.
El ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, dijo que su país “toma nota” de la propuesta, pero su posición es volver a aplicar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento “lo antes posible” y, a nivel nacional, Alemania reintroducirá el “freno de la deuda” ya el próximo año.
Así instó a sus socios a optar por la “consolidación presupuestaria” para luchar contra la inflación e insistió en que, aun cuando se apruebe dejar congeladas las normas fiscales, “no significa que tenga que se tenga que hacer uso de esta opción”.
La ministra de Finanzas neerlandesa, Sigrid Kaag, subrayó que obtener “la capacidad para gastar más no significa que uno debería hacerlo” y abogó por acometer una “reducción de la deuda clara y transparente”, aunque afirmó que país está “abierto” a prolongar la suspensión.
Así que de momento ni Berlín ni La Haya, tradicionalmente los principales defensores de una férrea disciplina fiscal, han anunciado que vayan a bloquear una propuesta que ha sido bien recibida por otros socios y debe ser aprobada por consenso.
“Es positivo que se extienda un año más esa cláusula general de escape, por cuanto no se entendería que en un momento de tan alta incertidumbre como el que nos encontramos se volviesen a aplicar tal cual unas reglas que tienen que ser revisadas para adaptarse a las necesidades presentes y, sobre todo, futuras de inversión de la UE”, dijo la vicepresidenta económica española, Nadia Calviño.
También el ministro de Finanzas portugués, Fernando Medina, valoró que se adopte esta medida en un entorno macroeconómico “inestable e incierto” para que los países no tengan “presión adicional”, pero aseguró que su país “no necesitaría esa flexibilidad”.
“Tenemos que seguir apoyando a nuestras empresas, a nuestros ciudadanos, y no solo haciendo medidas generales, sino teniendo medidas más específicas”, valoró también su homólogo belga, Peter Van Peteghem, recordando el aumento de los precios de la energía y los problemas de suministros que acechan a la economía europea.
En todo caso, la propia CE dejó claro que suspender un año más las normas fiscales no supone un “retorno al gasto sin límite” y los países deberían pasar del apoyo universal que dieron durante la pandemia a ayudas más específicas y temporales para mitigar el impacto de la crisis energética y ayudar a quienes huyen de la guerra.
“Las políticas fiscales nacionales deberían combinar una mayor inversión con el control del aumento del gasto corriente, especialmente en los países con alta deuda, que deberían asegurar una política fiscal prudente en el 2023″, recordó el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.
Los ministros volverán a debatir la cuestión mañana, ya con todos los países de la UE a la mesa, aunque el objetivo es lograr un acuerdo para julio.
Relevo en el fondo de rescate
En otro orden de cosas, el Eurogrupo abordó la sucesión de Klaus Regling al frente del fondo de rescate de la eurozona sin lograr un acuerdo, aunque descartaron al candidato holandés, el exsecretario de Estado de Finanzas, Menno Snell, que dimitió en el 2019 por un escándalo de fraude con ayudas a las familias.
La decisión se tomará en junio y en la carrera quedan tres contendientes: el exministro de Finanzas luxemburgués, Pierre Gramegna, el extitular del ramo portugués, Joao Leao, y el alto cargo comunitario italiano Marco Butti, cuyo país rechazó retirar la candidatura pese a quedar en tercera posición, según indicaron a Efe fuentes europeas.