Países Bajos recuperó su título como el mejor sistema de pensiones del mundo, según un índice global anual, que advirtió que la jubilación en todo el mundo está bajo presión como nunca antes.
Islandia, que ocupó el primer lugar el año pasado, quedó segundo en el ranking y Dinamarca fue el tercero. Israel fue el único otro país que obtuvo una calificación ‘A’ en el índice global de pensiones del Mercer CFA Institute, que califica los sistemas en función de su adecuación, sostenibilidad e integridad.
Países Bajos está actualmente reformando su programa de pensiones para cambiar su estructura colectiva a un enfoque más individual. Sin embargo, el informe dice que el sistema seguirá ofreciendo buenos beneficios tras el cambio, respaldado por una base de activos y regulación sólidas.
No obstante, los sistemas de pensiones en la mayoría de los países están bajo presión por el envejecimiento de la población, el aumento de la deuda pública y la alta inflación, mientras que también deben enfrentar desafíos como la inclusión de trabajadores de la economía colaborativa, conocida como ‘gig’.
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“La conclusión es que, en todo el mundo, la gente debe comenzar a cuidar de sí misma cuando se jubile”, dijo David Knox, socio sénior de Mercer y autor principal del informe, en una entrevista con Bloomberg. “Ya no podemos depender únicamente de la seguridad social o de las pensiones públicas”.
Argentina fue el país peor clasificado entre los 47 analizados, mientras que Estados Unidos ocupó el lugar número 22, dos más abajo que el año pasado. Australia ocupó el puesto 5; el Reino Unido, el 10; Japón, el 30; y China, el 35.
La disminución en las tasas de natalidad ha puesto presión sobre varias economías y sistemas de pensiones en el largo plazo, según el informe, lo que ha afectado negativamente las puntuaciones de sostenibilidad de países como Italia y España. El informe también destacó varios sistemas asiáticos, como los de China, Corea, Singapur y Japón, que habrían emprendido reformas para mejorar sus puntuaciones en los últimos cinco años, señaló.
La inteligencia artificial tiene el potencial de mejorar los sistemas de pensiones al conducir a una toma de decisiones más eficiente y mejor informada, lo que podría llevar a un mayor rendimiento real de la inversión, dijo Knox, y agregó que la tecnología también podría ayudar a las personas a tomar decisiones financieras a largo plazo.
¿Cómo le fue a Perú?
“Un sistema que tiene algunas buenas características pero también tiene riesgos y/o deficiencias importantes que deberían ser atendidos; sin estas mejoras, su eficacia y/o sostenibilidad a largo plazo pueden verse cuestionadas”, así describe el índice al sistema peruano en su conjunto, privado y público, otorgándole una calificación C en el puesto 34 de 47.
El ranking latinoamericano es liderado por Chile con 69.9 puntos en el puesto 14 a nivel global, seguido de cerca por Uruguay (68.9) en el puesto 15, ambos con calificación B, que agrupa a sistemas que “tienen una estructura sólida, con muchas características buenas pero que tiene algunas áreas de mejora que lo diferencian de un sistema de categoría A”.
El único país latinoamericano con calificación C+ es Colombia (61.9) en la posición 24; y más abajo, con calificación C, están Brasil (55.7 - puesto 33), Perú (55.5) y México (55.1 - puesto 36). A la zaga del ranking se encuentra Argentina (42.3), con calificación D, es decir, “un sistema que tiene algunas características deseables pero también tiene debilidades y/u omisiones importantes que deben abordarse; sin estas mejoras, su eficacia y sostenibilidad están en duda”.
Perú ha venido retrocediendo en puntaje y ubicación desde que apareció en el ranking por primera vez: 62.4 en 2018, 58.5 en 2019, 57.2 (2020), 55.0 (2021), 55.8 (2022) y 55.5 (2023).
Según el índice, el sistema de ingresos de jubilación del Perú comprende una pensión sujeta a verificación de recursos que se paga a los necesitados y dos sistemas de pensiones paralelos y mutuamente excluyentes. Al momento de inscribirse, las personas eligen entre un sistema público de beneficio definido de reparto y un sistema de contribución definida totalmente financiado y administrado por el sector privado.
Las personas bajo el esquema de beneficio definido pueden cambiar; de lo contrario, es una decisión irreversible. Los empleadores no contribuyen al sistema; todas las contribuciones las realiza el empleado, explica el documento.
El valor del índice general para el sistema peruano podría incrementarse mediante:
• Reducir el acceso a los activos de pensiones antes de la jubilación.
• Aumentar el nivel mínimo de apoyo a las personas de edad más pobres.
• Ampliar la cobertura de los empleados en los planes de pensiones ocupacionales (por ejemplo, promoviendo beneficios fiscales o reglas de inversión flexibles), aumentando así el nivel de contribuciones y activos.
• Introducir un requisito para mostrar proyecciones de beneficios en las declaraciones anuales de los miembros.
• Permitir que las personas se jubilen gradualmente mientras reciben una pensión parcial. El valor del índice peruano disminuyó ligeramente de 55.8 en 2022 a 55.5 en 2023, principalmente debido a una disminución en el nivel de activos de pensiones según lo informado por la OCDE.
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