El economista y premio Nobel Paul Krugman considera que Portugal es “una especie de milagro económico”, tras haber resistido varios choques y encontrarse actualmente con un excedente presupuestario y ser uno de los países menos endeudados de la Unión Europea (UE).
Lo asegura así en una entrevista publicada este martes en el diario portugués Jornal de Negócios, en la que habla de la situación de Portugal aprovechando una visita a este país.
Krugman recordó los años de crisis de la deuda en los que se colocaba en “el mismo cesto” a Portugal y España: “Ambos habían tenido entradas masivas de capital, se les había sobrevalorado seriamente en términos de costes laborales, tenían niveles de deuda elevados y afrontaban un periodo de austeridad”.
En este contexto, apuntó, España alcanzó la recuperación económica tras años de “alto desempleo, devaluación interna y caída de costos”.
“Portugal tuvo una recuperación sin eso”, indicó el economista estadounidense, quien mencionó las conversaciones que tuvo al respecto con el execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) Olivier Blanchard, quien ocupó el puesto entre 2008 y 2015, y cómo no se explicaban cómo lo había logrado Portugal.
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“Hay cosas que se pueden señalar -agregó-, algunas de ellas atractivos de Portugal, obviamente. El turismo no es baladí, pero también las exportaciones forman parte de la historia”.
Preguntado sobre si sigue viendo a Portugal como un “país fascinante, adorable, pero todavía muy pobre”, como él mismo dijo en 2013, Krugman afirmó que continúa siendo “más pobre” que muchas naciones de la UE, pero “ya no tanto”.
Subrayó que trabajó en territorio portugués en 1976 y que la transformación en materia de infraestructuras, nivel de vida y educación es “enorme”.
“Cuando estuve por primera vez, Portugal parecía, en muchos aspectos, más un mercado emergente que una nación europea, y eso hoy no es del todo verdad”, remarcó.
Años más tarde, cuando volvió a analizar la economía lusa, en 2013, observó que, pese al desarrollo y a estar en mejores condiciones, todavía había problemas estructurales profundos.
Y diez años después, Krugman ve que “hay muchos menos” problemas de los que había. La última década “ha sido un buen período, es un nuevo comienzo que nadie saber explicar por qué”, reflexionó el experto.