Los presidentes Joe Biden y Emmanuel Macron exhibieron este jueves la sólida alianza entre Estados Unidos y Francia pese a discrepancias sobre el plan de recuperación industrial estadounidense, calificado de “agresivo” por París.
“Estados Unidos no podría pedir un mejor socio con el que trabajar que Francia”, dijo Biden desde los jardines de la Casa Blanca, y subrayó que la alianza con Francia sigue siendo “esencial”.
“Nuestro destino común es responder juntos” a los desafíos del mundo dado que “nuestras dos naciones son hermanas en la defensa de la libertad”, coincidió el presidente francés.
Al igual que Biden, Macron señaló que los dos países han combatido juntos en muchas guerras. Refiriéndose a la alianza occidental que ayuda a Ucrania a luchar contra la invasión rusa, Macron dijo que hay que “volver a ser hermanos de armas”.
Salvas de 21 cañonazos, himnos nacionales y una fanfarria fue la acogida destinada a Macron, el primer presidente al que Biden dispensa este trato desde su investidura en enero del 2021.
De camino al Despacho Oval, donde los dos mandatarios mantienen una charla junto a la chimenea antes de dar una rueda de prensa, también se vio al presidente francés con la mano en el hombro de Biden.
Es “importante” coordinarse para remediar las consecuencias de la guerra en Ucrania para “nuestras economías y poblaciones”, dijo Macron.
Biden se esmera, tras las convulsiones de la presidencia del republicano Donald Trump, en estrechar lazos con los socios tradicionales de Estados Unidos, incluido su “más viejo aliado”, como Washington califica a Francia.
Submarinos
Y eso que no empezó muy bien con su homólogo francés. En septiembre de 2021, Estados Unidos anunció una nueva y espectacular alianza militar con el Reino Unido y Australia, AUKUS, que hizo perder a Francia un enorme contrato de submarinos con Canberra.
Biden no retrocedió lo más mínimo sobre el fondo de la decisión pero reconoció una “torpeza”.
Desde entonces, ha hecho todo lo posible para apaciguar a Macron, un proceso que, según los analistas, culmina con esta solemne bienvenida a Washington.
Lo que no quiere decir que todo sea color de rosa: el presidente francés deploró este miércoles en un tono especialmente ofensivo las decisiones económicas “súper agresivas” para las empresas europeas por parte de su homólogo estadounidense.
Estados Unidos y la Unión Europea “no están en pie de igualdad” por las subvenciones estadounidenses previstas en el gran plan climático del presidente demócrata, que favorecen los productos “fabricados en Estados Unidos”, volvió a lamentar este jueves, entrevistado por la cadena de televisión ABC.
Biden quiere revitalizar su industria y tranquilizar a una clase media sacudida por la globalización, mientras se enfrenta a Pekín. Esto requiere una defensa a ultranza de los intereses estadounidenses, tanto a nivel militar, como hizo con AUKUS, como industrial.
Macron juzgó el miércoles que el riesgo es que “Estados Unidos mire primero a Estados Unidos, es normal (...) y después mire a la rivalidad con China, y, en cierto modo, que Europa y Francia se conviertan en una especie de variable de ajuste”.
El presidente estadounidense aprobó un gigantesco programa de inversión, la “Ley de Reducción de la Inflación”, que prevé subsidios para los coches eléctricos... siempre y cuando sean “fabricados en USA”.
Diplomacia y gala
“Puede que resuelvan su problema, pero empeorarán el mío”, dijo Macron a congresistas estadounidenses, subrayando la necesidad de que Francia apoye a la clase media y también al empleo.
Estas opciones “fragmentarán a Occidente”, recalcó más tarde ante la comunidad francesa. “Solo pueden funcionar si hay coordinación entre nosotros, si decidimos juntos, si nos volvemos a sincronizar”.
Después de esta acusación, Emmanuel y Brigitte Macron cenaron el miércoles con Joe y Jill Biden en un restaurante italiano de Washington en un momento que fue a la vez privado y “político”, según un asesor del Elíseo, sede de la presidencia francesa.
Más allá de estas discusiones, los dos líderes seguramente querrán mostrar su unidad en su respuesta frente a la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Antes de ir este jueves a la Casa Blanca, Macron dijo que pronto dialogará con el presidente de Rusia Vladimir Putin.
Y es muy probable Biden y Macron se pronuncien sobre China. A Washington le gustaría que los europeos compartieran más su preocupación por el ascenso de Pekín, pero Francia quiere trazar su propio camino diplomático.
Estos temas quedarán de lado durante la cena de gala del jueves.
En mesas decoradas con candelabros y flores con los colores de los dos países se servirá langosta, carne de res y un pastel de naranja.
Pero también -y la primera dama Jill Biden insistió especialmente en este punto- quesos estadounidenses, incluido uno azul de Oregón que en el 2019 ganó un campeonato mundial.
Todo ello regado con vino espumoso estadounidense pero, eso sí, en copas fabricadas en Francia.
Fuente: AFP