El turismo extranjero en España, que debido a las restricciones a los desplazamientos se desplomó un 80% en el 2020 en número de turistas, su nivel más bajo en medio siglo, podría no recuperar los niveles prepandémicos hasta el año 2025. (Foto: Reuters)
El turismo extranjero en España, que debido a las restricciones a los desplazamientos se desplomó un 80% en el 2020 en número de turistas, su nivel más bajo en medio siglo, podría no recuperar los niveles prepandémicos hasta el año 2025. (Foto: Reuters)

Los efectos catastróficos de la pandemia en el sector , uno de los principales motores económicos del país, podrían provocar la pérdida de más de 250,000 millones de euros y 4.4 millones de empleos hasta el 2024.

Según el informe sobre elaborado por la consultora McKinsey, para reactivarse en un nuevo contexto transformado por la crisis, el sector debe sortear amenazas como la prolongación de las restricciones a la movilidad y la posibilidad de que la transición se realice de manera ineficaz.

El turismo extranjero en España, que debido a las restricciones a los desplazamientos se desplomó un 80% en el 2020 en número de turistas, su nivel más bajo en medio siglo, podría no recuperar los niveles prepandémicos hasta el año 2025.

Por su parte, el turismo doméstico retornaría a unos niveles previos a la crisis a partir del 2024.

McKinsey destaca la dependencia que tiene el sector respecto al transporte aéreo, ya que el 82% de los movimientos de turistas en España dependen de la llegada en avión.

Esta subordinación al tráfico aéreo, ya de por sí comprometida, se suma a la proporción significativa que representan los viajes de negocios en el turismo español.

Mientras las aerolíneas internacionales prevén una caída estructural de los viajes de negocios debido a las nuevas maneras de trabajar impuestas por la pandemia, este tipo de viajes todavía supone en España un 17% del gasto en viajes domésticos, frente a por ejemplo un 7% en el caso de Portugal.

El estudio destaca la necesidad de innovar impulsando la digitalización del sector y la colaboración entre sectores, conjugando las competencias de entidades privadas y públicas en la promoción de los destinos turísticos locales.

McKinsey señala además la importancia de cooperar entre sectores, dado que el impacto del COVID-19 en el turismo español se ha trasladado a otros sectores, como el inmobiliario y el financiero, lo que multiplica los efectos negativos.

El analista calcula que los 250,000 millones de euros que España podría perder entre el 2020 y 2024 supondrían un 22% del PBI del 2019.