Artistas españoles y latinoamericanos se reunieron para participar en la primera exposición de criptoarte en la Bienal de Venecia, que abre sus puertas del 23 de abril al 27 de noviembre.
Se trata de “El tiempo de las quimeras”, la apuesta de Camerún, que participa por primera vez en la Bienal de Arte y opta por presentar dos exhibiciones: una “física”, protagonizada por los artistas del país y ubicada en el claustro de la Escuela de Arte Guggenheim, y otra “digital”, en el Palazzo Ca’ Bernardo y realizada por 22 artistas internacionales.
Esta última es una apuesta arriesgada y muy interesante porque es la primera vez que se cuelan en este evento artístico de relevancia internacional los llamados NFT (token no fungible, por sus siglas en inglés), obras digitales que pueden ser adquiridas y vendidas como cualquier otro tipo de propiedad, pero que no tienen forma tangible.
Esta iniciativa pionera en la Bienal de la ciudad de los canales ha conseguido unir a los españoles Marina Núñez y Miguel Soler-Roig, el brasileño Joao Angelini y a cuatro artistas argentinos: Julio Le Parc y Alberto Echegaray Guevara, que están vivos, y los fallecidos Gyula Kosice y Miguel Angel Vidal.
“Es muy curioso. Kosice y Vidal están muertos y están exponiendo NFT. La familia llegó a un acuerdo antes de que ellos murieran para que su arte perdurara en el futuro con las nuevas tecnologías y han hecho que su arte cinético, de los años setenta, se pueda ver ahora en hologramas. Esto no ocurre con otro tipo de arte”, ha destacado Soler-Roig.
El fotógrafo español está convencido de la importancia de los NFT en el mundo del arte y rechaza que puedan ser una moda, porque “solo están empezando y tienen un desarrollo ilimitado”.
La exposición lleva el nombre de la Quimera, la criatura mitológica que fue asesinada por el héroe Belerofonte.
“Los NFT son ahora mismo una quimera, pero también un sueño de muchos artistas para llegar a conseguir que la creatividad perdure, que en un entorno blockchain lo hará eternamente”, sostiene este artista, que expone “La distorsión de la Quimera”, un trabajo realizado en Creta que consiste en cuatro fotografías con animación de un minuto cada una, sobre cuatro diosas y los cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra).
Junto a él, la española Núñez presenta “Sin piel”, un vídeo de rostros de mujeres superpuestos, de los que surge un flujo de partículas de resonancias cósmicas, que acaban estallando para expandirse como una supernova.
En cuanto a los artistas argentinos, Echegaray Guevara proyecta el holograma de una bola que refleja el valor del bitcoin en tiempo real; Le Parc opta por recrear el obelisco de Buenos Aires; mientras que Vidal y Kosice presentan hologramas en madera y vidrio relacionados con unas obras que crearon en los años setenta.
El brasileño Angelini realiza un juego virtual entre la Tierra y el Universo.
Además de la República de Camerún, también participan por primera vez Namibia, Nepal, el Sultanato de Omán y Uganda; mientras que Kazajstán, Kirguistán y Uzbekistán tendrán un pabellón propio, algo que nunca antes había ocurrido.