Las empresas deben intensificar sus acciones y proteger la selva amazónica cuando los gobiernos no lo hacen, afirmaron expertos durante un panel en la conferencia Reuters Impact.
Aunque los ambientalistas consideran que la selva amazónica es crucial para frenar el cambio climático, un informe publicado el año pasado encontró que hasta el 18% del bioma del Amazonas ya ha sido destruido.
En Brasil, donde se encuentra la mayor parte de la selva amazónica, el presidente de derecha Jair Bolsonaro ha sido criticado por permitir la deforestación.
Desde que el mandatario asumió el cargo en el 2019, la deforestación y los incendios en la Amazonía brasileña han aumentado, lo que ha provocado protestas internacionales de que Bolsonaro ha hecho poco para contrarrestar la devastación.
“Cuando el gobierno, en este caso Brasil, es el actor que está causando el daño o permitiendo el daño, es realmente importante que el sector privado salga al ruedo”, dijo la directora ejecutiva de Amazon Watch, Leila Salazar-López.
Los grandes inversionistas pueden contribuir al desfinanciamiento de las empresas que provocan la deforestación, agregó.
“Queremos ver a los más grandes tomar la iniciativa en preparar el escenario para toda la industria”, señaló Salazar-López, refiriéndose al administrador de activos más grande del mundo, BlackRock, a quien invitó a hacer más que simplemente hablar sobre el tema.
BlackRock fue contactado para hacer comentarios y dirigió a Reuters directamente a una declaración sobre su participación en el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza (TNFD).
El administrador de activos es una de las 35 empresas que trabajan para desarrollar un marco de gestión y divulgación de riesgos destinado a alejar el capital de las actividades que dañan la naturaleza.
La industria financiera debe seguir los procesos de debida diligencia a través de estándares ambientales, sociales y de gobernanza (ESG por su sigla en inglés) para detener una mayor deforestación, indicó Ginger Cassady, directora ejecutiva de Rainforest Action Network.
“Las instituciones financieras necesitan moverse mucho más rápido y (en) cantidades más grandes en muchas regiones y adoptar estándares ESG uniformemente más altos”, concluyó.