Chile, políticamente polarizado, celebrará elecciones presidenciales el domingo, con votantes dispuestos a derrocar un modelo económico instalado durante la dictadura de Augusto Pinochet, o bien decididos a redoblar su espíritu de libre mercado.
Hasta ahora, la votación se perfila como una batalla entre dos candidatos de extremos opuestos del espectro político: el conservador José Antonio Kast, y el izquierdista Gabriel Boric. Mientras que Kast quiere recortar los impuestos y el gasto público, Boric le apuesta a una mayor presencia estatal, impuestos más altos y más igualdad.
“Como nunca antes habíamos visto en otras elecciones, están de alguna manera enfrentándose dos formas y dos modelos de cómo abordar económicamente los desafíos en Chile”, dijo Sergio Lehmann, economista jefe del Banco de Crédito e Inversiones (BCI) en Santiago.
“Respecto a otras elecciones, esta mirada de consenso, de buscar acuerdos de alguna manera, hoy día está algo ausente. Por eso se reconoce mayor tensión y mayor incertidumbre”, agregó.
En caso de que ningún aspirante presidencial reciba más del 50% de los votos, se realizará una segunda vuelta programada para el 19 de diciembre. El domingo, en una nueva prueba para los partidos políticos, los chilenos también acudirán a las urnas para elegir nuevos diputados para la Cámara Baja de 155 miembros y 27 escaños del Senado. La votación también antecede a las elecciones presidenciales en Colombia y Brasil el próximo año, mismas que se perfilan para desarrollarse en medio de tensiones políticas.
Por su parte, los inversionistas se mantienen muy atentos al tiempo que uno de los países más ricos de Latinoamérica enfrenta una incertidumbre sin precedentes. Además de las elecciones, Chile está reescribiendo su Constitución heredada de los tiempos de Pinochet, que si bien ha apuntalado tres décadas de crecimiento, también ha alimentado la desigualdad.
En los últimos meses, los mercados financieros han oscilado enormemente a medida que Chile debate el futuro de un modelo económico elaborado por los llamados Chicago Boys durante las décadas de 1970 y 1980. Discípulos del profesor Milton Friedman de la Universidad de Chicago, quien abogó por políticas de mercado abierto que incluyan la desregulación económica y la privatización.
A principios de este año, las acciones chilenas se desplomaron tras el resultado de una votación para seleccionar a los miembros de la Convención Constitucional, encargada de redactar la nueva Carta Magna, solo para aumentar unos meses después después de que un importante candidato presidencial del Partido Comunista fuera derrocado en una elección primaria.
El peso ha caído un 3.8% solo esta semana, y ha retrocedido un 14.5% este año, solo por detrás de Turquía y Argentina como la peor moneda entre sus pares de mercados emergentes.
Votantes mayores
Los candidatos centristas, la senadora Yasna Provoste y el exministro de Desarrollo Social Sebastian Sichel, cuentan con el respaldo de las coaliciones tradicionales que han perdido el favor de los votantes después de gobernar el país durante las últimas tres décadas. A pesar de que ocupan los últimos lugares en las encuestas, estos contendientes no pueden ser descartados.
Ambos han mostrado voluntad de formar amplias alianzas en el Congreso, un gesto que debería resonar entre los votantes, dijo Pamela Figueroa, politóloga de la Universidad de Santiago. Además, las encuestas de este año son menos confiables después de que la pandemia obligó a que algunas de estas se realizaran por teléfono en lugar de en persona.
“Me parece que es más relevante mirar otros datos”, dijo Figueroa. “En las elecciones de 2020 y 2021, un porcentaje importante de personas mayores de 55 años no concurrieron a votar. Y probablemente si esas personas votan en esta elección, va a haber mayor participación de personas que tienen opciones de centro. Kast y Boric también tienen serias deficiencias entre los votantes”.
“Las creencias de libre mercado de Kast parecen estar fuera de lugar con el estado de ánimo de la población”, escribió Nicholas Watson, director gerente de Teneo, en una nota de investigación del 11 de noviembre, al tiempo que señala que los planes de “impuestos y gastos” de Boric también podrían quedar fuera de sintonía dada la alta inflación.
Desafíos inminentes
Independientemente de los resultados del domingo, el próximo presidente de Chile enfrentará una serie de desafíos.
El próximo año, el crecimiento económico se desacelerará a cerca de 2% desde aproximadamente un 11% en 2021, de acuerdo con el banco central. Los analistas, incluido Lehmann de BCI, advierten que las tasas de interés más altas, el aumento de la inflación y el fin de los estímulos de emergencia conducirán a una recesión más adelante en 2022.
La desaceleración tan pronunciada podría reactivar el malestar social. En octubre de 2019, las protestas masivas estallaron por primera vez cuando las manifestaciones por un aumento de las tarifas del metro se transformaron en un movimiento más amplio que exigía mejores servicios, desde la atención médica hasta las pensiones.
Más recientemente, el segundo aniversario de ese levantamiento estuvo marcado por protestas violentas que dejaron dos muertos y 450 detenidos.
Esta semana, el presidente Sebastián Piñera sobrevivió a un segundo intento de acusación constitucional con votos divididos a lo largo de las líneas de la coalición. Lo que terminó siendo una nueva señal de la polarización y las tensiones que permean a la sociedad chilena, que a su vez, podría resultar en un nuevo Congreso fragmentado.
“Lo que esta en juego en las elecciones este domingo es la gobernabilidad”, dijo Marco Moreno, decano de la escuela de gobierno de la Universidad Central. “Esta es la encrucijada que muchos todavía no logran entender con claridad. Lo que está en juego es cómo enfrentar un escenario complejo”.