El banco central de Argentina está a punto de quedarse sin espacio para intervenir en los futuros de divisas, la principal vía que ha estado utilizando para apuntalar la caída del peso antes de las cruciales elecciones presidenciales del domingo.
La autoridad monetaria del país aumentó considerablemente sus ventas de contratos de futuros del peso en el Rofex, el mayor mercado de derivados, para abastecer a los inversores que buscan cobertura contra una devaluación postelectoral, dijeron personas con conocimiento directo.
La posición “vendida” del banco central, que es casi el único vendedor en el Rofex, superó el jueves los US$ 4,000 millones, según las fuentes, que pidieron no ser identificadas porque se trata de información privada.
El límite de la posición, que es fijado por el Rofex, es de US$ 5,000 millones. Al acercarse a ese límite, el banco se ve obligado a “mudarse” al mercado secundario de futuros, el Mercado Abierto Electrónico (MAE), que es propiedad de los principales bancos privados del país.
El banco central aumentó sus ventas de futuros del peso en el MAE en un 50% esta semana, a US$ 1,300 millones, señaló una de las personas. Eso deja a la autoridad monetaria con unos US$ 2,700 millones para intervenir en el MAE.
Un vocero del banco central declinó hacer comentarios.
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El temor se está extendiendo entre los inversores de cara a las elecciones presidenciales del domingo, y casi todos los escenarios apuntan a mayores pérdidas. La confianza en el Gobierno y el sistema bancario está por los suelos. El peso ha perdido más del 92% de su valor desde 2019, después de años de déficits presupuestarios financiados mediante la impresión de dinero.
Los futuros muestran un tipo de cambio de 372.50 pesos por dólar para fin de mes, cercano al tipo de cambio oficial actual de 350, y de 422.50 para fines de noviembre. Octubre y noviembre son las posiciones donde el banco central muestra la mayor intervención, dijeron las personas. El mercado incorpora una caída abrupta a fines de diciembre, hasta los 825 pesos, una vez que haya asumido el nuevo Gobierno, lo que significaría una devaluación del 58% del peso.
Argentina devaluó su moneda un 18% al día siguiente de las elecciones primarias de agosto, consideradas un barómetro para los comicios de este fin de semana. Aunque el Gobierno ha dicho que mantendrá la moneda estable hasta el 15 de noviembre, la opinión pública especula con una devaluación inminente a medida que el peso se sigue debilitando en el mercado paralelo, superando recientemente los 1,000 por dólar.
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