El Vaticano comunicó que ha vendido por 186 millones de libras (US$ 222.5 millones o 214 millones de euros) el edificio de Londres por cuya compra y otras irregularidades se juzga al excardenal Angelo Becciu y otras nueve personas, en una operación financiera que había dejado una agujero en las cuentas estimado en 217 millones de euros.
El edificio situado en el número 60 de Sloane Avenue en Londres fue vendido a la sociedad Bain Capital después de recibir 16 ofertas, explicó el Vaticano en una nota.
“Las pérdidas sufridas en comparación con lo gastado en la compra del edificio fueron a la reserva de la Secretaría de Estado, sin que en ningún caso en esta circunstancia afecte al Óbolo de San Pedro, y con él a las donaciones de los fieles”, aseguraron.
En setiembre del 2021, el ente que administra del patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) recibió una primera ronda de 16 ofertas, que fueron sometidas a las debidas diligencias en los meses siguientes, y de las que quedaron tres.
“La transacción se concretó en los últimos meses con la elección del comprador y, finalmente, con la escritura de venta”, explicaron.
El agujero final que ha dejado la supuesta estafa a las arcas de la Secretaria de Estado se estima que serán entre 73 millones y 166 millones de euros, explicó el “ministro” de Economía vaticano, el jesuita español Juan Antonio Guerrero Alves, en una reciente entrevista.
En el proceso que comenzó en julio del 2021 se juzga al excardenal Angelo Becciu pues se ocupaba de estas operaciones en su cargo de sustituto para los Asuntos Generales, puesto que dejó en el 2018 y otras nueve personas entre ellos algunos financieros implicados en la compraventa y que se hicieron con comisiones millonarios.
Uno de ellos, el financiero Raffaele Mincione, con el fondo Athena se había convertido en el gestor de US$ 200 millones de fondos reservados de la Secretaría de Estado y había convencido al Vaticano a invertir US$ 100 millones para comprar cerca de la mitad del edificio, que él mismo poseía.
En el 2018, el Vaticano salió del fondo Athenea, comprando el edificio de Mincione, que se hizo así con un saldo a favor de unos 40 millones de euros.
Mientras que en esta compraventa intervino el broker Gianluigi Torzi, al que le acusan de haber extorsionado al Vaticano por 15 millones de euros para devolverle la propiedad total del edificio.