El endeudamiento, un arma necesaria en tiempos de incertidumbre económica, ha alcanzado niveles preocupantes en todo el mundo a medida que aumentan las tasas de interés, una situación que preocupa en Davos por el riesgo de futuras “crisis de la deuda”.
La deuda pública se acerca al 120% del Producto Bruto Interno (PBI) en los países avanzados, afirmó la número dos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath. Y ha “aumentado significativamente” entre los países emergentes y en desarrollo.
Más de la mitad de los países de bajos ingresos ya están en “apuros” o corren un alto riesgo de estarlo, advirtió en uno de los debates del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) que se celebra esta semana en Davos.
“Es cierto que podríamos ver una intensificación de estas situaciones de dificultad” dijo Gopinath, pero por ahora descartó un escenario de “crisis de la deuda” global, un mes y medio después del impago de Sri Lanka.
La deuda pública ha crecido sobre todo con las dos últimas grandes crisis mundiales: la financiera en el 2007-2008 con la crisis de las “subprime”, y luego la sanitaria del COVID-19.
“Este es un problema económico más importante para el futuro que casi todo lo que hemos hablado”, señaló en Davos el multimillonario estadounidense David Rubenstein, fundador del fondo de inversión Carlyle, por delante de los riesgos de recesión, la subida de los precios de los alimentos o los problemas de las cadenas de suministro.
Según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), con sede en Washington, la deuda pública y privada, tanto de las empresas como de los hogares, alcanzó en el primer trimestre la cifra récord de US$ 305 billones.
Tras años de tasas de interés bajas, los bancos centrales empezaron a subirlos para contrarrestar la inflación, lo que aumenta los costes de los préstamos de las empresas y de los gobiernos, que siguen gastando mucho para apoyar sus economías.
“Cambio radical”
“El endeudamiento tiene ahora un coste”, señaló el lunes en Davos el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, pese a que hasta hace muy poco pedir prestado no costaba casi nada. “Se trata de un cambio radical”, aseguró.
Los países emergentes, tradicionalmente muy debilitados por las subidas de las tasas de interés, especialmente de Estados Unidos, parecen estar menos amenazados esta vez, y muchos expertos señalan que la deuda en divisas de esos Estados es menor que en el pasado y que hay más reservas de divisas.
Sin embargo, para los países más frágiles, los riesgos de impago son mucho mayores, dijo el miércoles en Davos Patrick Khulekani, director del Banco de Desarrollo de África Austral.
“Nos preocupa mucho que esto ocurra”, apuntó, señalando la magnitud de la deuda de los hogares y las empresas y los precios de los alimentos que “están pasando factura”.
Para tratar de ayudar a los países más frágiles, la comunidad internacional lleva meses intentando movilizar “derechos especiales de giro”, una especie de moneda creada por el FMI, para aliviar parte de su carga, al tiempo que propone suspensiones de sus pagos de deuda.