Los automóviles alcanzaron precios máximos el año pasado y estos no bajarán pronto.
En diciembre, el precio promedio de un vehículo nuevo en Estados Unidos llegó a US$47.077, es decir un aumento del 14% (US$5.742) en comparación con el 2020, y de un 1.7% (US$ 808) frente al mes anterior, según Kelley Blue Book. El alza se produjo dado que la inflación de Estados Unidos cerró el año 2021 en niveles vertiginosos, un máximo de 39 años del 7% —y la gasolina se disparó con un aumento de precio del 49.6% con respecto al año anterior.
Los precios más altos de automóviles, alimentos y ropa, entre otros, reflejan el desgastante esfuerzo de una economía que se reabre. El aumento de los precios de los automóviles del año pasado se produjo cuando la escasez de componentes impactó a los fabricantes automotriz justo cuando la demanda de los consumidores se disparaba.
“La falta de inventario fue la gran noticia en el 2021″, dice Jonathan Smoke, economista jefe de Cox Automotive. “La oferta ajustada ha creado un fuerte poder de fijación de precios y ganancias récord para los fabricantes de automóviles”.
Se espera que esta tendencia continúe al menos hasta el primer trimestre, dice. “Aunque vemos un crecimiento modesto en la oferta en el 2022, esperamos que el poder de fijación de precios y la rentabilidad (para los fabricantes automotriz) sigan siendo favorables”.
El costo del lujo
Los vehículos de lujo en particular contribuyeron a los aumentos generales de precios. El precio promedio de un auto de lujo en diciembre llegó a los US$ 64,864, considerablemente más alto que el precio promedio de US$ 43,072 pagado por un vehículo nuevo que no es de lujo.
El mes pasado, los autos de lujo se vendieron por un promedio récord de US$ 1,300 más que el precio de etiqueta, mientras que en diciembre del 2020 se vendieron por US$ 3,000 menos que el precio recomendado de venta al público.
La escasez de chips, un aumento en el gasto por vacaciones y la propagación de la variante ómicron fueron los factores más importantes en la disparidad, según analistas. Los consumidores acaudalados no se desanimaron.
“Al comprador de artículos de lujo probablemente le ha ido bien en los últimos años”, dice Charlie Chesbrough, economista sénior de Cox Automotive. “Su cartera probablemente esté funcionando bien y sus ingresos también. Esa es la razón por la que evidenciamos tanta fuerza”. De hecho, las catástrofes globales del año pasado han servido para que los ricos se vuelvan más ricos.
La tendencia continuará, dice Chesbrough. En diciembre del 2016, los vehículos de lujo vendidos por marcas como Audi, BMW, Mercedes-Benz y Porsche constituían el 15,5% del mercado estadounidense, según KBB.
El mes pasado representaron el 18.4%. En el 2012, el 54% de los vehículos nuevos vendidos tenían un precio recomendado de venta al público inferior a US$ 30,000, según Cox Automotive. Hoy ese porcentaje se ubica en el 19% del mercado.