El promedio de consumo de carne bovina en Argentina alcanzó el menor nivel en 100 años en el 2021, ya que cayó a un promedio de 47.8 kilogramos por habitante por año alcanzando el menor peso anual en la dieta de los argentinos desde 1920, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Para encontrar un registro en el que se haya absorbido internamente un menor volumen de carne bovina per cápita, la BCR se remonta hasta 1920, cuando se había precipitado hacia la baja la ingesta nacional, alcanzando el mínimo histórico de 46,9 kilogramos por habitante por año, apenas un kilogramo por debajo que el registrado en el 2021.
El consumo de carne bovina ya venía en retroceso en la dieta de los argentinos, ya que la ingesta promedio histórica fue de 73,4 kilogramos por habitante por año entre 1914 y 2021, pero el promedio cayó a 54.5 kilogramos por habitante por año en los últimos cinco años, recuerda BCR.
“Es consecuencia de la disminución directa del consumo, al tiempo que también se amplió la absorción de otras proteínas animales”, explica BCR.
La BCR afirma que el consumo de carne bovina disminuyó en tanto el consumo total de carnes se incrementó, lo que explica la caída de la participación: la carne bovina ahora representa el 44% de los 109.4 kilogramos por habitante por año de proteínas animales, cuando a principios de este milenio representaba entre el 60% y 70%.
Al mismo tiempo, “las condiciones socioeconómicas locales han contribuido en la caída de la ingesta de carne bovina” en mínimos desde 1920, agrega la BCR.
En tanto, explica que las posibilidades de consumo en Argentina están condicionadas “notablemente” por el umbral productivo dado en buena medida por los niveles de stock, ya que las existencias bovinas per cápita se situaron en el mínimo valor histórico con 1.13 bovinos por habitante, frente al máximo de 2.29 bovinos per cápita alcanzado en 1977.
Según explica la BCR, desde comienzos de la década de 1970 las existencias en Argentina se encuentran en un rango que va de 50 millones a 60 millones de bovinos, lo que condiciona las posibilidades de producción nacional, frente a la población argentina que se ha incrementado a un ritmo estable.