El capitán Marin Jarry del Energy Observer, el primer navío capaz de producir su propio hidrógeno, cierra la ventana de la cabina del piloto, en un puerto deportivo de Fort Lauderdale, Florida. (Foto: AFP)
El capitán Marin Jarry del Energy Observer, el primer navío capaz de producir su propio hidrógeno, cierra la ventana de la cabina del piloto, en un puerto deportivo de Fort Lauderdale, Florida. (Foto: AFP)

El barco laboratorio , el primer navío capaz de producir su propio hace escala esta semana en Florida, en el sureste de el último país que visitará antes de regresar a Francia para cerrar una vuelta al mundo iniciada en 2020.

Desde su primera expedición, alrededor de Francia en 2017, este barco, cubierto por 202 m2 de paneles solares, ha recorrido casi 63.040 millas náuticas sólo con energías renovables.

Junto a su pila de combustible y los paneles fotovoltaicos, el Energy Observer aprovecha el viento gracias a sus “Oceanwings”, unas alas de 12 metros de envergadura totalmente automatizadas, que permiten aumentar la velocidad de navegación, reducir el consumo o dedicar los motores a la producción de hidrógeno.

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El objetivo del proyecto es doble: examinar todas las tecnologías de energía limpia a bordo y compartir lo aprendido a través de encuentros, artículos y videos publicados, explicó el martes a la AFP el capitán del navío, Marin Jarry, durante una escala en Fort Lauderdale, cerca de Miami.

Vista aérea del Energy Observer, el primer navío capaz de producir su propio hidrógeno, atracado en un puerto deportivo de Fort Lauderdale, Florida. (Foto: AFP)
Vista aérea del Energy Observer, el primer navío capaz de producir su propio hidrógeno, atracado en un puerto deportivo de Fort Lauderdale, Florida. (Foto: AFP)

La vuelta al mundo emprendida en 2020 ha permitido probar esas tecnologías en diversas condiciones climáticas por el Atlántico, el Pacífico, Asia, África y ahora América.

El resultado ha sido positivo, asegura Jarry. “Hemos aprendido mucho en este viaje, tanto en tecnología como en otras soluciones”, dice.

La empresa, encabezada por el navegador Victorien Erussard, espera que el sector marítimo pueda inspirarse de sus experimentos y avanzar hacia energías limpias.

Las “Oceanwings” ya se usan, por ejemplo, en cargueros como el Canopée, diseñado para transportar partes del cohete Ariane 6 desde Europa hasta el centro espacial de Guyana Francesa.

Durante el viaje, el 40% de la energía usada ha sido eólica, otro 40%, fotovoltaica, y un 20% ha procedido del hidrógeno.

El Energy Observer era en su origen un catamarán de regatas, de 30,5 m de eslora y 12,80 m de ancho. Tras su escala en Florida, irá a Washington, Nueva York y Bostón, antes de regresar a Francia.

Imagen de la cima de las "Oceanwings" del Energy Observer, unas alas de 12 metros de envergadura totalmente automatizadas, que permiten aumentar la velocidad de navegación, reducir el consumo o dedicar los motores a la producción de hidrógeno. (Foto: AFP)
Imagen de la cima de las "Oceanwings" del Energy Observer, unas alas de 12 metros de envergadura totalmente automatizadas, que permiten aumentar la velocidad de navegación, reducir el consumo o dedicar los motores a la producción de hidrógeno. (Foto: AFP)

La compañía ya trabaja en otro proyecto, el Energy Observer 2, un carguero de 120 metros de largo, 22 de ancho y una capacidad de carga de 5.000 toneladas, que funcionará con hidrógeno líquido.

El transporte marítimo genera cada año el 3% de los gases de efecto invernadero a nivel global, según la Organización Marítima Internacional, que desea reducir las emisiones netas a cero de aquí a 2050.

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