En los últimos 20 meses, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos ha puesto su arsenal de política monetaria en la mira de un solo objetivo: restaurar el empleo, en especial para las personas de bajos ingresos cuyas condiciones sufrieron el mayor impacto durante la pandemia.
Las tasas de interés permanecen ancladas cerca de cero y las compras de deuda del banco central aún están en curso, a pesar de que la inflación se ha acelerado y el desempleo ha estado cayendo rápidamente, una combinación que comienza a resonar entre quienes creen que, así como están las cosas, el banco central podría estar generando más daños que beneficios en su meta por revivir al mercado laboral.
En un llamado a que la Fed adopte un giro veloz hacia una política más estricta, el prominente economista demócrata y ex presidente del Consejo de Asesores Económicos Jason Furman dijo el miércoles que el banco central no estaba en sintonía con la situación económica.
Además, si tiene que ponerse al día con un cambio de política más drástico y ciclos acelerados de aumentos de las tasas de interés en el futuro, perjudicará a aquellos a quienes aparentemente pretende ayudar.
“Una economía sobrecalentada es la que más ayuda a los trabajadores vulnerables”, escribió Furman, ahora profesor de la Universidad de Harvard, en una presentación preparada para el Instituto Peterson de Economía Internacional.
“Pero una recesión perjudica más a esos trabajadores vulnerables ... Disminuir un poco la inflación ahora podría ayudar a obviar la necesidad de pasos aún más severos y dolorosos en el futuro y reducir la posibilidad de una recesión con millones de empleos que podrían perderse”, sostuvo.
Su llamado a la Fed para que acelere el fin de las compras de bonos y establezca un plan “predeterminado” de alzas de tasas en el primer semestre del 2022 es la salva más reciente en el actual debate de los economistas, inversores, funcionarios electos y legisladores sobre los riesgos que plantea la inflación en máximos de 30 años, y cómo debería responder el banco central.
Los inversores esperan actualmente que la Fed suba las tasas quizás tres veces el próximo año. La Reserva Federal está dividida sobre si necesitará aplicar aumentos de los costos del crédito en el 2022, una situación que según Furman deriva de las “ilusiones” sobre la inflación por parte de al menos dos autoridades del organismo.
La mira en anuncios de Biden
El rápido ritmo de los aumentos de precios se tomó inicialmente como un efecto fugaz de la reapertura tras la pandemia, pero ha sido persistente y mayor a lo previsto.
El asunto también ha comenzado a golpear la popularidad del presidente Joe Biden, quien reflexiona sobre si volver a nombrar al actual presidente de la Fed, Jerome Powell, para un segundo mandato de cuatro años o reemplazarlo por la gobernadora Lael Brainard.
Se espera una decisión antes del feriado del Día de Acción de Gracias, dijo la Casa Blanca el miércoles, y la posición de Biden en torno al anuncio -su “foco” del nombramiento como lo expresó Furman- podría indicar si el Gobierno ve la inflación como un riesgo para las perspectivas económicas y a sus planes de nuevos e importantes gastos sociales y de infraestructura.
Algunos economistas, como Nela Richardson, del procesador de nóminas ADP, apoyan argumentos similares a los de Furman, señalando que la inflación en sí misma está socavando a las familias de bajos ingresos que tienen menos capacidad para esperar hasta mediados del 2022 para que el pico de aumentos de precios se disipe.
Otros expertos destacan que las dinámicas que han mantenido bajos los precios de manera confiable en los últimos años, como los grandes descuentos disponibles en línea, se han revertido.
Un índice mensual de precios en línea del fabricante de software Adobe Inc registró su decimosétimo aumento consecutivo en octubre, revirtiendo años de declives constantes, y ya marca un alza de 1.9% interanual.
“Para los consumidores, el lugar en el que solían esperar un valor de producto cada vez mejor está desapareciendo”, dijo Taylor Schreiner, director de Adobe Digital Insights, que notó menos descuentos y ofertas, incluso en la temporada navideña.